Una nueva tienda abierta en Brighton, Reino Unido, seguro que va a crear polémica. La idea parece buena: reutilizar para elaborar ropa. Sólo que lo que se recicla para los nuevos diseños de vestidos, sombreros y complementos son diferentes partes del cuerpo de animales atropellados por vehículos en las carreteras.
La piel, las plumas, incluso los huesos de los pobres animales que quedan destrozados en mitad de las carreteras, golpeados o aplastados por coches y camiones, tendrán una nueva utilidad a partir de ahora. Los más radicales defensores de los derechos de los animales no podrán protestar por su uso, ya que no se matan directamente seres vivos para elaborar la ropa. En todo caso, pueden estar en contra de los vehículos que los atropellan.
Lo cierto es que no mueren tantos animales en las carreteras como para elaborar tanta ropa, así que estos nuevos diseños tienen que surtirse, en parte, de animales que mueren de forma natural e, incluso, de animales que se matan para consumir su carne.
Algunas de los originales diseños de ropa y complementos son un collar hecho con huesos de faisán, un sombrero con orejas y cola de caballo, un chal elaborado con piel de ardilla. Para el diseñador, Jez Eaton, la colección, llamada Roadkill (muerte en la carretera), es un modo de expresar que está a favor de la ética animal y del medio ambiente.
En realidad, las pieles de muchos de los animales que comemos, se consideran desechos y no se usan para ningún fin. De este modo, se aprovecha un residuo que acabaría, de otro modo, en la basura o siendo quemado. Otros de los materiales usados han sido donados por amigos. Eaton cree que, si no se es vegetariano, no tiene por qué haber ningún problema en vestir estas prendas. Y, si el cliente pone algún reparo, quizá es hora de que se plantee convertirse al vegetarianismo. Además de tratarse de moda, la colección pretende hacer reflexionar a la gente en diferentes niveles.