Cómo celebrar un Día de la Madre ecológico

Madre hija campo
El Día de la Madre es una fecha poco amiga del medio ambiente. El primer domingo de mayo, en pleno estallido de la primavera, lo cierto es que se le hace poco homenaje a la madre Tierra. Por contra, se disparan la huella de carbono y los residuos como resultado de los archisabidos convencionalismos.

Esas reuniones familiares en las que suele sobrar comida y, cómo no, también por los tradicionales regalos, en especial si son los de siempre: ramos de flores, cajas de bombones, entre otros regalos materiales que no son verdes, precisamente.

¿La solución a esta polución a mansalva? La alternativa para un Día de la Madre más verde no es dejar de celebrarlo o hacerlo de un modo que no vaya con nosotros. Si queremos hacer una diferencia a la hora de celebrarlo de forma respetuosa con el medio ambiente, simplemente pongamos atención a algunos aspectos clave y optemos por la opción menos contaminante en la medida de lo posible.

Regalos más verdes

Un Día de la Madre sin regalos es casi como una mañana sin sol. Al menos, así lo es para mucha gente, la suficiente como para que la huella de carbono de los regalos que compramos por su fabricación, transporte y distribución y los residuos de papeles y envases se disparen en esta fecha.

Nino ramo flores
Si para ti regalar es una demostración de cariño sin posible sustitución, intenta buscar otro sentido al regalo. Dale un giro al concepto de regalo y obsequia de un modo más original y eco-amigable. ¿Necesitas ideas? Haz en su nombre una donación a una organización conservacionista, haz una manualidad creativa reciclando o reutilizando materiales, regálale algo que no utilices y creas que va a hacerle ilusión, regalarle tiempo de calidad, actividades juntos, escríbele un cuento, plantad un árbol, haz un reportaje fotográfico a flores hermosas…

En caso de decidirte por un regalo convencional, intenta optar por artículos que procedan del circuito del comercio justo y evita el uso de envases, papel de regalo y lazos. Inventa otra manera de darle el regalo: escóndeselo para darle una sorpresa, utiliza papel de regalo reciclado, una bolsa de papel reutilizable, una caja decorada por ti o similares.

¿Y las flores, son un regalo ecológico? Si las compramos, la respuesta es no, un no rotundo, en mayúsculas y subrayado, y la razón es muy sencilla: proceden de cultivos intensivos, que normalmente además tiene una tremenda huella de carbono, pues suele proceder de otros países, y su transporte hace que sean de cualquier color menos verdes.

La comida, más

Y, cómo no, el Día de la Madre también es un día de celebración familiar, en la que sentarse a la mesa es costumbre. Sería interesante controlar la cantidad de comida que se hace y luego intentar que sobre lo mínimo o, al menos, tener planeado cómo hacer para que no acabe en el cubo de la basura.

Las soluciones son muchas: reutilizarla cocinando las sobras, como se hace con las sobras del cocido y la ropa vieja, congelándola o, si son tartas, canapés y similares, por ejemplo regalarlo a vecinos o incluso celebrar otra pequeña fiestecita con amigos para que no acaben echándose a perder.

Si además la comida es bio y nos desplazamos a casa de mamá en transporte sostenible, entonces mejor que mejor. En esto de la sostenibilidad, los puntos positivos suman enteros, pero cualquier gesto verde, por pequeño que sea, hace una gran diferencia, sobre todo porque significa que hemos pensado en esa otra madre, la madre Naturaleza, al la que también hay que demostrarle nuestro amor y respecto. ¡Feliz Día de la Madre!

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