Consejos para un hábitat doméstico saludable

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Los materiales ecológicos y las decisiones inteligentes orientadas al mantenimiento cotidiano del hogar son un tándem perfecto para lograr un entorno doméstico más saludable.

Si buscamos crear un hábitat sano y mantenerlo a largo plazo, en efecto, será importante tener claras las claves básicas para conseguir nuestro objetivo: una decoración doméstica estilosa y al mismo tiempo confortable, que proporcione una sensación de bienestar que vaya más allá de lo puramente estético.

Una suma de decisiones

Por un lado, estar atentos a las partículas, gases, vapores y sustancias en general que puedan contaminan el aire interior de nuestro hogar es fundamental para controlar mínimamente los factores que puedan interferir a la hora de crear un hábitat saludable.

Para ello, seamos constantes en ventilar las estancias principales y, sobre todo, las más concurridas dejando ventanas o puertas abiertas durante unos pocos minutos al día. Es recomendable hacerlo para renovarlo, e incluso cuando el aire exterior no sea todo lo puro que debiera.

No olvidemos que el aire interior es, de media, entre dos y cinco veces más contaminante que el de la calle. A su vez, ya sea para decorar una casa al completo, varias de sus estancias o solo una habitación de forma más saludable, recurramos a materiales ecológicos o, al menos, con una menor carga contaminante o tóxica.

Por ejemplo, el conglomerado o las maderas tratadas con barnices o pinturas que desprenden un olor agresivo serán un foco de contaminación en el hogar, y lo mismo cabe decir de tejidos como tapizados, cortinajes, alfombras u otros objetos o muebles fabricados con materiales de base química. Entre otros, plásticos o cualquier otro material que no sea todo lo saludable que debiera.

En estos casos, nos será de gran ayuda dejarse llevar por la intuición, el sentido común, la documentación que podamos encontrar en la red y también recabar del mismo fabricante. Solo así conseguiremos tomar decisiones conscientes, es decir, informadas y con una razón de ser.

En ocasiones veremos que ello es posible, que lo ecológico no es mucho más caro o que, sencillamente, vale la pena invertir en ello. En otras, pongamos por caso, podemos optar por sacrificar un determinado tipo de mueble de diseño (especialmente caro) por otro más funcional pero de materiales mucho más inocuos. En estos casos, el minimalismo da muy buenos resultados.

Comprobaremos cómo un buen planteamiento nos permitirá hacer muchas más cosas de las que imaginábamos, y sin que ello suponga un problema de presupuesto inasumible. Así pues, no se trata de optar por lo ecológico, en sentido estricto, y en todo momento. No necesariamente, si bien en muchas ocasiones será factible hacerlo, por ejemplo al elegir una pintura para las paredes o un determinado barniz, etc. y será cuestión de establecer prioridades.

Es importante ser flexibles y actuar dentro de nuestras posibilidades, optar por lo menos nocivo. No será lo ideal, pero sí hará una gran diferencia a la hora de mejorar la calidad de nuestro hábitat.

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La elección de la decoración, -especialmente los muebles, tipo de pintura, parquet, alfombras, tapizados, moquetas, colas o pegamentos- será una manera de controlar la calidad ambiental y, con ello, la sensación de confort y bienestar.

A su vez, los productos de limpieza y ambientadores también influirán de forma decisiva en este aspecto. Por supuesto, también hemos de cuidar la ropa de cama y cualquier otro elemento sintético que pueda resultar perjudicial. Sin olvidar, por supuesto, posible problemas de estructura que requieran pequeñas o grandes obras para solucionar averías de cañerías, de humedades o similares.

Cuando el conjunto de decisiones que tomemos sea una suma de pequeños y grandes aciertos conseguiremos preservar la higiene ambiental y, en fin, disfrutar de un ambiente saludable.

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