Decoración con productos reciclados

Reciclaje con latas para hacer lapiceros
El reciclaje creativo tiene mucho que ver con la decoración de interiores. El simple hecho de ver con nuestros propios ojos un buen resultado, cómo una ingeniosa idea puede ayudarnos a embellecer nuestro hogar o la oficina resulta inspiradora y nos anima a buscar oportunidades para lanzarnos nosotros mismos a hacerlo.

Decorar no significa sobrecargar, sobre todo desde un enfoque ecológico, en el que idealmente debería primar la filosofía de las famosas tres erres (reducir, reutilizar y reciclar). Es más, si esa reutilización y reciclaje además de decorativos resultan prácticos y nos evitan tener que comprar otros objetos para satisfacer determinadas necesidades (muebles prácticos, cubos paragüeros, revisteros, macetas, lámparas, etc.), todavía mejor que mejor.

Sencillez y genialidad

Empezar, sin embargo, no es nada fácil. Dar ese primer paso cuesta mentalmente, pero la dificultad estriba sólo en una barrera psicológica, en realidad, que desaparecerá cuando cambie nuestra inercia. De hecho, basta con un poco de imaginación (podemos ayudarnos a partir de ideas que encontremos en internet) para que nuestras ganas de hacer las cosas bien obtengan su merecida recompensa.

Reciclar maletas viejas
Ni siquiera es necesario tener maña, ser un manitas ni usar herramientas o materiales difíciles de encontrar. Es lo que tiene el reciclaje creativo: el ingenio suple un sinfín de cosas, al margen de que puedan hacerse maravillas planteando un proyecto complejo, por supuesto, y los palets son un buen ejemplo de ambos planteamientos.

Con palets, por ejemplo, podemos hacer tanto un sofá simplemente usándolos de base ya añadiendo unos almohadones o construir una casita para niños desmontándolos previamente. Eso sí, independientemente de la dificultad de realización, que resulte decorativo dependerá de otros factores más relacioandos con el buen gusto. En el caso del sofá, podríamos hacer una funda tipo patchwork o elegir un tipo u otro de telas o retales, pintar o no el palet y, cómo no, también influirá el entorno en el que se integre.

Reciclar objetos para decoarar el jardin
Aunque no lo parezca, hay un sinfín de ideas sencillas que nos permiten lograr grandes resultados: pintemos una lata con bonitos tonos pastel para obtener un lapicero o un pequeño contenedor decorativo, hagamos un dibujo en ellas, añadamos elementos orginales (pegar botones, anudar una cinta de raso, pegar una tira de un retal) o escribamos alguna palabra que nos inspire (nuestro nombre, el de nuestra mascota, una inicial, pintémosla de amarillo y escribamos la palabra Sol) o no lo hagamos, sin más. Apostar por lo minimalista es a menudo un gran acierto.

O, por ejemplo, llenemos de pintura un envase de cristal asegurándonos de que cubre toda su superficie, ya sea una botella, un frasco de conservas o un vaso, vaciémoslo a continuación y la habremos pintado por dentro, así de sencillo, resultón y de decorativo.

Las ideas más originales

En efecto, el poder del color es un arma infalible para reciclar con fines decorativos, sin necesidad de que la renovación del objeto resulte trabajosa. Igualmente, aunque requiere algo más de paciencia, recolectar tapones de corcho o de plástico o latas de refresco nos servirá para forrar de un modo divertido desde marcos de fotos hasta sillones o espejos, pongamos por caso. Será un modo fácil y sorprendente de renovar objetos decorativos que ya nos resultaban aburridos y teníamos olvidados en el desván o estábamos pensando en tirar a la basura.

Reciclaje creativo
El papel que sobra (revistas, cómics, periódicos, etc.) y las bolsas de plástico son una materia prima muy interesante para hacer objetos decorativos. Podemos trabajar el papel de muchas maneras: forrar muebles, objetos decorativos, libretas y carpetas o, enrollados en forma de tubitos, serán ideóneos para hacer tapices o cubrir cualquier superficie. En lo que respecta al plástico, desilachémoslo y hagamos una especie de hilo para hacer macaramé o simplemente tejerlo.

Aunque un objeto pueda ser decorativo, en la práctica lo será en mayor o menor medida según sea el estilo, la atmósfera de la estancia en la que lo incluyamos. Como siempre, el buen gusto es un concepto clave, siempre teniendo en cuenta que en el reciclaje la originalidad es un valor.

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