Un sexto de la población mundial no tiene acceso a agua potable. Esta circunstancia incrementa el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea, la cólera, la fiebre tifoidea, la hepatitis A y la disentería. Pero hay un método fácil y barato que mejora la calidad del agua: exponerla al sol durante un largo periodo de tiempo para que los rayos y el calor que transmiten maten a los microorganismos presentes en el líquido.
Se llama el sistema SODIS (Estrategia de Desinfección Solar), una solución simple y de bajo coste para el tratamiento de agua potable en el ámbito doméstico desarrollada por una institución suiza, el Instituto Federal Suizo para las Ciencias y la Tecnología Ambiental (EAWAG). El agua contaminada se introduce en botellas de plástico transparente y se expone a la luz del sol durante seis horas (si el cielo está muy nublado pueden ser necesarias 48 horas). Con esa simple acción los agentes patógenos presentes en el agua son eliminados.
El envase bautizado como Solar Bottle se basa en el citado sistema para depurar líquidos con la ayuda de los rayos del sol. Es plano, fácilmente transportable y cuenta con receptores de calor a ambos lados: uno para captar las radiaciones del sol y otro para absorber el calor del ambiente. Tiene una capacidad de cuatro litros. Los italianos Alberto Medo y Francisco Gómez Paz son los responsables de su diseño, por el que han ganado un Premio Index en Dinamarca.
Una de las caras del envase, transparente para recibir la radiación UVA y los rayos infrarrojos tiene color de aluminio para aumentar los reflejos. La importancia del diseño se encuentra en la alta relación entre el espesor del envase y el bajo coste, sin olvidar que mejora el rendimiento de la desinfección a través de la radiación solar. Así mismo, su forma plana permite apilar varios envases y facilita el almacenamiento. Por último, la especial forma del mango permite regular el ángulo para una mejor exposición solar y garantiza un fácil transporte.