Divertida silla hecha con madera y plástico reciclados


A mí me gusta, la verdad. Le veo un encanto especial a esta silla tan deslabazada, que no parece ser nada cómoda y toda llena de plásticos de colores puestos sin orden ni concierto. Pero, qué le vamos a hacer, así es el amor a primera vista, un flechazo que no siempre la razón entiende, como dice la famosa frase.

En fin, te mole o no te mole, lo que resulta innegable es el mérito ecológico que tiene la silla. No sólo está hecha con trozos de madera desechada, sino que además se ha decorado con resina plástica que, a la vez, hace su trabajo como pegamento.

Así, el creador no ha utilizado colas ni similares, simplemente ha hecho uso de este tipo de resina, también reciclada, para ir ensamblando o uniendo los trozos de madera que iban dando forma a la silla. De este modo, ha logrado un doble resultado: por un lado, unir las piezas, y por otro un toque de color de lo más divertido, que salpica toda la silla, incluyendo patas, respaldo y demás elementos.

Hacer algo nuevo de lo viejo

La filosofía de Seung Han Lee, su creador, es la de todo diseñador que trabaja con los materiales desechados para hacer luz de la oscuridad, podríamos decirlo así. Con la dificultad añadida esta vez de haber elegido trozos de madera de complicada reutilización por su forma o tamaño. Así, el reto era mucho más interesante desde el punto de vista del reciclaje.

Seung Lee explica que siempre busca darle un uso inteligente al material que nadie quiere. En este caso, se trata de piezas de madera y de resina plástica de desecho, que le han servido perfectamente para fabricar una silla entera. «Estoy fascinado e inspirado en el proceso de crear algo nuevo de lo viejo», dice.

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