La ropa inteligente es un concepto muy amplio, que puede abarcar un sinfín de aspectos en este mundo moderno nuestro, tan marcado por las nuevas tecnologías. En este caso, no hablamos de las impresoras capaces de diseñar ropa nueva a partir de la vieja ni, por ejemplo, de aquellos tejidos capaces de calentarnos. Esta vez, ponemos el foco en una ropa infantil que crece junto a a los peques.
Más duradero, más sostenible
El alma mater de este invento has sido Ryan Mario Yasin, ingeniero de la Universidad «Royal Collage of Art» de Londres, desde donde se lanzó a hacer realidad su proyecto de diseñar ropa que creciese al mismo ritmo que los niños.
Las prendas se realizan a partir de una mezcla de fibras sintéticas cuya composición es el secreto mejor guardado de la marca, Petit Pli. No en vano, en ello se encuentra lo que los hace diferentes.
Sea como fuere, gracias a su tecnología es posible utilizar una misma prenda desde los cuatro meses de edad hasta los tres años. Es decir, permite su utilización durante un tiempo impensable hasta ahora con la ropa convencional.
Como puede verse en el vídeo, basta con estirar la pieza para ir adaptándola a las necesidades del niño, sin necesidad de añadir nada. Por lo tanto, no solo permite ahorrar a los padres, sino también avanzar en el cuidado ambiental.
Menos desechos, más vida útil de materias primas, menos huella de carbono atribuible a embalajes y transporte, etc. son algunos de los factores que convierten a esta opción o, si se quiere, a dicha tendencia en una apuesta verde muy interesante.
Actualmente, la marca está en fase experimental, si bien se espera la pronta comercialización de los primeros modelos. Esperemos que pronto la idea se convierta en un boom de propuestas similares.