Más allá de los gustos personales, si lo que se quiere, cuando se bebe cerveza, es hacerlo como consumidor responsable, hay que optar por la cerveza de barril frente a la cerveza embotellada. Comparando las cifras de generación de residuos que se produce en el proceso de producción de ambos formatos, la cerveza de barril tiene un menor impacto ecológico que la de botella. Los datos han sido recopilados por la web Dando Datos después de contactar con decenas de empresas cerveceras.
En un barril de cerveza estándar caben 30 litros. Si se le resta el litro o litro y medio que se desperdicia al tirar la caña, de cada barril salen unas 88 copas de 33 centilitros (un tercio, vamos). Lo bueno del barril es que, una vez que se ha vaciado, se puede volver a rellenar muchas veces. El continente no se desecha, lo que resulta más sostenible. Se rellena, según las cifras proporcionadas por las empresas cerveceras, una media de seis veces al año. La vida útil de un barril de cerveza es de, aproximadamente, diez años. Por tanto, de cada barril salen 5.280 cañas del tamaño de una botella de tercio, también llamada mediana.