Parecen trofeos de caza colgados de la pared, pero en realidad son algo muy distinto. Esa cabeza que emula el sillín y ese manillar en forma de cuernos engañan al primer vistazo, pero sólo eso, por que pronto descubrimos que la materia prima procede del despiece de una bicicleta, sin más historias.
Su utilidad es el punto fuerte del invento. Lejos de ser un recordatorio de una montería, afortunadamente su función es mucho más eco-amigable, ya que simplemente permite que colguemos la bicicleta en la pared.
El increíble invento ha sido de Andreas Scheiger, un diseñador austriaco loco por el ciclismo que, no corto ni perezoso, hizo realidad una idea que le vino a la mente cuando visitaba un gran cementerio de bicicletas para obtener material con el que dar rienda suelta a su imaginación.
Perchas decorativas
El increíble resultado se logró soldando piezas de bicis antiguas entre sí, además de aplicar un marco de madera reciclada para colgarlas de la pared más fácilmente. Eso sí, que quede más o menos estiloso y cuco depende del material elegido, al margen de su aspecto práctico.
Su colección se llama Fetich Upcycle y aunque él usa y abusa de la idea para crear perchas de todo tipo tan decorativas como útiles para colgar en pleno comedor bolsos, chaquetas o cualquier otra cosa, bici incluida. Pero no es necesario ser tan barroco, ni mucho menos llenar la casa con estas estructuras si se tiene un hermoso balcón o garaje, donde también pueden hacer su papel a las mil maravillas.
Por cierto, ahora que el casco es obligatorio la forma del manillar es perfecta para colgarlo también y que no se nos olvide cada vez que vayamos a coger la bici.
