Es una grúa jubilada, a la que ya no se acude en mono de trabajo, sino con ropa de calle, y el albornoz en la maleta. Y es que su segunda vida ha supuesto un cambio de funcionalidad realmente drástico, pasando de ser una grúa portuaria común a un exclusivo refugio pensado para el relax.
En efecto, The Krane Hotel es una grúa de carbón reconvertida en un refugio para dos personas, diseñado para ofrecer los servicios que se pueden encontrar en un mini balneario.
Una antigua grúa en Copenhague
Uno de los artífices de esta transformación ha sido Klaus Kastbjerg, un promotor que ya ha emprendido proyectos similiares. Entre otros, la transformación de un silo de grano en un edificio de apartamentos.
La grúa es otro de sus proyectos en esta misma línea de la reutilización y, por lo tanto, también de la sostenibilidad, aunque el hecho de enfocarlo a un uso tan exclusivo podría ser motivo de crítica fácil y probablemente no exenta de razón.
Volviendo a este refugio, hay que apuntar que se encuentra junto al paseo marítimo que hay en el puerto de la zona de Nordhavn, por otro lado un lugar que en su conjunto también está renovándose.
Si subimos, encontraremos una pequeña recepción y una sala de reuniones, y en el primer piso una suite de unos 50 metros cuadrados. Por último, en la segunda planta se encuentra una terraza con unas vistas preciosas, que también se pueden disfrutar en parte desde el otro lado, gracias a las grandes cristaleras que la separan del área de spa.
Toda una apuesta por reutilizar los artilugios que fueron útiles una vez, y que parecían condenados a acabar convertidos en una montaña de chatarra. No ha sido así esta vez, y el resultado es sorprendente, pero mucho me temo que un enfoque exclusivista rima poco con el concepto de ecología.