Mimar los pies recurriendo a trucos eco-amigables es mucho más fácil de lo que pudiera parecer. En este post vamos a dar unos cuantos consejos sencillos de bajo costo que pueden utilizarse para cuidar los pies sin por ello atentar contra el planeta.
Basándonos en los pasos que se realizan en cualquier pedicura profesional, vamos a recrearlos para realizarlos en casa utilizando métodos y productos ecológicos. Los pasos esenciales se reducen, por este orden, a un remojo, a su exfoliación, hidratación y por último a un masaje.
Remojar los pies
Poner los pies a remojo no significa tener que despilfarrar agua para llenar la bañera o una enorme zafa. Bastará con utilizar una pequeña, en la que los pies quepan holgadamente. El agua debe cubrirnos los tobillos, sin necesidad de más.
Si nos duchamos en una bañera (no en un plato de ducha) pongamos el tapón y mientras vamos lavándonos el agua va acumulándose. Los pies que están bien cuidados no necesitan más de cinco minutos a remojo, con lo que el tiempo dedicado a la ducha será suficiente para luego seguir con la exfoliación y los siguientes pasos.
En el agua tampoco es necesario añadir productos químicos. Bastará con una cucharadita de bicarbonato, sal, o un chorrito de vinagre blanco. Unos pies sanos no precisan más añadidos en este primer paso. Luego, en el momento de la hidratación y el masaje podremos añadir otros productos para nutrir, revitalizar, conseguir un efecto descanso y, por ejemplo, aromatizar.
Exfoliación ecológica
Mientras el pie está a remojo podemos realizar una exfoliación cuya intensidad variará en función de las zonas a tratar y de las necesidades. Como tratamiento de choque para zonas como los talones y áreas especialmente duras en los dedos o almohadillas podemos suavizar la piel pasando un cepillo pequeño.
Nos servirá un cepillo de dientes previamente esterilizado (sumergir en agua hirviendo durante 15 minutos). Es una práctica manera de reciclarlos, que nos ayuda a suavizar con una piedra pómez o, por ejemplo, la esponja konjac.
Con la esponja konjac lograremos un peeling diario que nos ayudará a lograr grandes resultados a medio y largo plazo. Su suavidad permite un uso muy agradable que además nos ayuda a ir eliminando capas muertas para que la piel luzca radiante.
Hidratación bio
Después de la exfoliación es importante enjuagar los pies y secarlos con una toalla suave, sin olvidar pasar la toalla entre los dedos. A continuación, hemos de hidratarlos con unas gotas de aceite de argán si queremos conseguir una hidratación profunda.
Aprovechemos el aceite en las manos para hidratarlas también. Es fantástico contra la sequedad y los enrojecimientos. Combate los pies secos y es fácil de mezclar con otros productos.
También podemos realizar una hidratación antes del enjuague. Por ejemplo, con aceite de oliva, mantequilla de coco o de almendras dulces, idealmente bio. En estos casos, también es interesante mezclar el aceite vegetal con azúcar u otro producto exfoliante, como sal gorda, posos del café o, por ejemplo, legumbres molidas. De este modo, exfoliamos e hidratamos a la vez.
Un buen masaje
El uso de aceites para hidratar los pies es una ocasión de oro para dar un masaje. Podemos dárnoslo nosotros mismos o, si tenemos la suerte de que nos lo den, aprovechar y dejarnos mimar. Mezclemos unas gotas de aceite esencial bio con aceite base, como por ejemplo la menta o la lavanda para aliviar los pies cansados.
Será fácil lograr los mejores resultados yendo primero desde los dedos hacia el tobillo. Los masajes deben ser suaves. Luego vamos bajando hasta la planta del pie, yendo de mayor a menor presión, haciendo movimientos circulares con los pulgares.
Los movimientos de mayor presión centrarlos en el talón. También podemos utilizar la yema de los dedos, desde la raíz de los dedos del pie hasta la punta, siempre suavemente. Finalmente, masajearemos la parte superior y la planta del pie.