Por lo general, las bandejas tienen una vida larga, muy larga. Eso sí, cuando se usan a menudo suelen acabar desgastadas y se ponen realmente feas. ¿Qué hacer, las guardamos en un armario o simplemente las tiramos a la basura porque ya no tienen un buen aspecto?
A ser posible, ni lo uno ni lo otro. ¿Por qué no darles una nueva vida para que vuelvan a lucir como antaño o todavía más bonitas? En este post vamos a darte algunas ideas para que puedas customizarlas fácilmente y seguir usándolas como tales o, por ejemplo, reutilizarlas como original objeto decorativo.
El reciclaje creativo puede obrar maravillas sin necesidad de requerir una especial habilidad o destreza. Afortunadamente, no hay que ser un artista, ni siquiera un manitas para conseguir un resultado que valga la pena, aunque si lo somos, miel sobre hojuelas…
Forrarlos con tapones de botellas
Los tapones de botellas de vino son fáciles de coleccionar, incluso aunque no nos guste el vino. Para conseguir un buen montón pidámoslos en los restaurantes a amigos y familiares y en poco tiempo tendremos más de los que imaginamos.
Cuando tengamos suficientes para forrar la superficie de la bandeja, simplemente los pegaremos, sin más complicaciones. El resultado será tan increíble como el de la imagen que abre el post, y serán perfectas para servir vino o cualquier otra cosa, con cuidado de que no se nos derrame pues como tiene una mala limpieza.
Aprovechar las bandejas como si de un lienzo con su respectivo marco es otra divertida opción que será la mar de creativa y también decorativa. Las posibilidades son casi infinitas. Podemos optar por hacer un dibujo, un collage o, por ejemplo, por pegar una lámina autoadhesiva de pizarra blanca para escribir y borrar una y mil veces.
Preciosos mosaicos
Y, ya como manualidad mucho más elaborada, pero igualmente sencilla, renovemos la bandeja dándole un precioso toque de color aplicando la técnica del mosaico. Más o menos elaborado, formando dibujos geométricos o incluso figuras como flores, mariposas, estrellas, un paisaje o, por qué no, dejando que el azar decida el resultado.
Será ideal para usar como bandeja para la comida o para lucirla sobre una mesita, colocando sobre ella pequeños objetos en plan práctico o estrictamente decorativo. Para conseguirlo necesitaremos aguaplast o cemento, agua, un lápiz, pintura al agua, pegamento de tipo no más clavos y una esponja.
Básicamente, dibujaremos primero sobre la bandeja a lápiz (o sobre un papel que nos sirva de patrón) aquello que queramos plasmar, ya sea un dibujo o formas geométricas. En caso de no buscar una forma concreta este paso no es necesario, con lo que pasaremos directamente a preparar las piezas que vamos a pegar, desde piedrecitas, conchas de mar, teselas, cerámica, mármol o incluso piedras.
Una vez las tengamos listas, calculando cantidad y tamaño, las pegamos directamente, si fuera necesario siguiendo el patrón. Se recomienda usar un pegamento fuerte, como el mencionado, para así fijar de forma permanente las piezas, aunque si usamos el cemento jtan solo habremos de incrustarlas, sin necesidad de más.
Sea como fuere, una vez fijadas las piezas es necesario cubrir los huecos rellenándolos con aguaplast, usando una espátula para alisar. El resultado debe ser uniforme para evitar irregularidades que impidan darle un uso como bandeja, por lo que si el uso es decorativo no será necesario ser tan escrupulosos.
Como toque final, pasaremos una esponja húmeda para eliminar los restos del aguaplast o del cemento, y finalmente aplicaremos un barniz como capa protectora. Si nos esmeramos, el resultado puede ser muy profesional y colorido, sobre todo si aplicamos las típicas teselas cortándolas previamente para darles la forma deseada.