Vivir en un entorno más ecológico siempre es algo positivo, sobre todo si nuestro alrededor es mayoritariamente asfalto y polución atmosférica o, lo que es lo mismo, una gran ciudad. En estos casos, aunque muchas veces lo parezca, no todo está perdido. De un modo u otro, con originalidad o inspirándonos en otras ideas, hay un sinfín de maneras de dar pinceladas verdes aquí y allí.
Techos verdes, muros o fachadas revestidas de jardines verticales son algunas ideas innovadoras que están poniéndose en práctica con entusiasmo, pero sigue siendo una opción minoritaria. Incluso se puede optar por los huertos urbanos en lugar de las plantas ornamentales, eso sí, siempre y cuando el CO2 no ande demasiado cerca, pues contamina suelos y plantas.
Siguiendo con esta misma idea, el diseñador Marco Castro Cosio propone cubrir los techos de los autobuses públicos con vegetales. Su sueño es aplicarla en la flota de buses neoyorquinos, lo que supondría un total de 15 hectáreas de cultivo, dentro de un proyecto bautizado como Bus Roots.
Verde que te quiero verde
En Chicago también andan alborotados con la conversión de los tejados y terrazas en jardines. Desde hace unos años los inmuebles que cubren sus cubiertas con vegetación reciben una subvención, una interesante alternativa a la guerrilla gardening, sin menosprecio de ésta, totalmente compatible, por supuesto o quizás la culminación de ésta .
El mobiliario urbano sostenible que recurre a las energías renovables para permitir la recarga de un dispositivo móvil o la iluminación es otra interesante opción que mejora tremendamente la calidad de vida de los ciudadanos.
Aunque, obviamente, la mejor manera de mejorar la habitabilidad de una urbe va más allá de lo anecdótico. Pasa por una política integral que abarque numerosos aspectos como el fomento de un transporte más ecológico, de los espacios verdes, así como de otros muchos aspectos relacionados con la sostenibilidad, el tratamiento de los desechos y el reciclaje.