La energía solar es un recurso sostenible, renovable, no finito (al menos en escala temporal humana), limpio y eficiente. A pesar de todas las ventajas que ofrece, a nivel industrial no es muy frecuente su uso. Sí está más extendida esta práctica en el ámbito residencial, especialmente para la obtención de agua caliente sanitaria y como apoyo a la calefacción. A su vez, también es habitual que se use en el ámbito público para iluminación.
Desde el sector industrial, esta forma de energía tiene un potencial de aprovechamiento muy elevado que todavía no está ampliamente desarrollado. Poe este motivo, os mostramos cuáles son las posibilidades de aplicar la energía solar en los procesos industriales.
Cómo resulta útil el calor en la industria
La mayoría de procesos industriales requieren calor para su funcionamiento. Dependiendo del tipo de actividad que desarrolle la industria, la temperatura del proceso puede ir desde los 30-40 ºC hasta más de 400 ºC. La energía solar es capaz de aportar soluciones para temperaturas que alcanzan los 200 ºC.
Hasta la fecha son pocas las empresas que han apostado por obtener esas temperaturas necesarias para el proceso industrial de la energía solar térmica, apostando más por la quema de combustibles fósiles o la electricidad. El cambio en esta dinámica, incorporar la energía solar, ayuda a ahorrar dinero y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
En los procesos que se requiere calor a bajas temperaturas, hasta los 100 ºC, la alternativa es instalar colectores solares, planos o de tubo de vacío, aprovechando para ello los techos o tejados de la naves industriales sin uso.
Si el proceso necesita temperaturas por encima de los 200 ºC, una opción es instalar sistemas de concentración de rayos solares capaces de producir estas altas temperaturas. No obstante, la puesta en práctica de este sistema es más complejo.
Una de las razones que explica por qué hasta el momento no goza de mucha popularidad la energía solar en los procesos industriales es que son muy contadas las ocasiones en las que el sol aporta el 100% de la energía necesaria.
El sol no aparece a diario ni durante todo el día, lo que hace que en la mayoría de los casos haya que recurrir a sistemas complementarios convencionales: combustibles fósiles o electricidad. En el mejor de los casos, la radiación solar puede cubrir el 50% de la demanda energética que necesitan determinados procesos industriales.
¿En qué sectores industriales puede resultar útil la energía solar?
Los colectores solares de alto rendimiento pueden producir calor a temperaturas que superan los 150º C con un buen rendimiento. En muchos procesos industriales se necesita calor a esas temperaturas: generar vapor, lavado, secado, esterilización, pasteurización, tratamientos químicos, generación de vapor para usos diversos, etc.
Pero esta no es la aplicación industrial más común de la energía solar. El aprovechamiento más sencillo, económico y el más accesible tanto a nivel doméstico como empresarial es la energía solar térmica de baja temperatura.
El fenómeno consiste en elevar la temperatura de un fluido a temperaturas que oscilen entre 40 y 100 ºC. En estos casos, los colectores solares térmicos pueden proporcionar el total o una parte muy importante de la energía requerida.
Normalmente, a menor temperatura a conseguir, más eficiencia en la generación de energía de la radiación solar. Los colectores pierden menos calor en la atmósfera y se aprovecha más la energía solar recibida. El uso industrial de esta fuente de energía es habitual para calentar agua sanitaria a nivel industrial, por ejemplo, en negocios como lavanderías de ropa, lavado industrial y de coches, la industria alimentaria para deshidratar vegetales, el procesado de alimentos, los sistemas de calefacción públicos, los servicios de alojamiento y la agricultura, entre otras.
En la industria agrícola, como nos muestra Anbelo Solar, obtener energía del sol es posible mediante aplicaciones de bombeo solar. Esta práctica consiste en hacer funcionar una bomba de agua, en corriente continua o alterna, en las horas que el sol ofrezca esta posibilidad, reduciendo así el uso de baterías. Vemos como es una fórmula más de complementar la generación de energía eléctrica y ser menos dependiente de otros sistemas.
A su vez, la industria alimentaria también hace uso de la energía solar en instalaciones de acuicultura. Muchas especies acuáticas que se crían en piscifactorías requieren temperaturas del agua entre 18 y 30 ºC. Para alcanzarlas, acuden a sistemas de calentamiento artificial que son posibles y viables con el uso de sistemas solares térmicos. Al tratarse de temperaturas bajas, los colectores solares ofrecen un rendimiento muy alto.
La energía solar térmica, así como otras fuentes de energía renovable, son recursos que ya están siendo explotados a nivel industrial, pero se espera que ofrezcan una mayor eficacia y productividad con el paso de los años, a medida que vayan introduciéndose novedades tecnológicas.