La industria del embalaje camina hacia la sostenibilidad para erradicar el plástico

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Según las estimaciones, más de 140 millones de toneladas de plástico contaminan el ecosistema marino. Por ahora, la Unión Europea ya ha prohibido el uso de sólo unos pocos productos de un solo uso producidos con este material. Pero hace falta mucho más para proteger el medioambiente. Desde la apuesta por la ecología de empresas de embalaje como Cadepa, hasta una mayor conciencia ECO por parte de la sociedad.

Hacia el fin de los productos de un solo uso

En una apuesta por la sostenibilidad, el año pasado la Unión Europea prohibió al fin la venta de algunos productos de un solo uso en el continente a causa de su alto grado de contaminación. Además, marcando distintos objetivos a los países miembros como reciclar el 30% del plástico generado para 2030. Meta a la que, por fortuna, se han sumado ya cada vez más empresas en su contribución a un mundo más sostenible.

Entre los nuevos avances, destacando la proliferación de los embalajes ecológicos como substitutos de los convencionales. Y es que, en una sociedad donde el transporte y el consumo es una constante inagotable, es preciso dar con un método útil y eficaz para implementar la sostenibilidad en el día a día. En este caso, centrado en alargar la vida útil de los productos mediante su reutilización y el aumento de su calidad.

El grave problema del plástico

Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), tan sólo se reciclan el 9% de los residuos del plástico generados. Un dato ciertamente preocupante, ya que las estimaciones sitúan que más de 140 millones de toneladas de este material contaminan las aguas del planeta por culpa de su vertido en ríos, lagos y océanos. Principalmente, fruto de su abuso en todo tipo de elementos.

De hecho, el envasado y el embalaje agrupa el mayor uso del plástico, seguido por otros productos de consumo, la industria textil y el sector eléctrico, entre otros. Un grave problema, ya que, a su masividad, se suma una utilización de tan sólo 6 meses de media. Lo que, como resultado, encauza en una frenética vorágine de producción y de desecho que amenaza el planeta y todos sus ecosistemas, en especial el marítimo.

Parte del problema es fruto de la gran cantidad de tiempo que demora un plástico en degradarse. Por ejemplo, según denunciaba Greenpeace, son hasta 500 años lo que necesita una mera botella de plástico para descomponerse. En la ecuación de su superproducción, vaticinando que habrá más plásticos que peces en el mar hacia el año 2050 si no se frena la praxis actual o se le pone remedio mediante alternativas eco.

La ecología en la industria del embalaje

Como se ha mencionado, el sector de los envases y del embalaje es el que más plástico genera. Sin embargo, hoy en día existen empresas del sector que han encauzado una transición ejemplar hacia la sostenibilidad. Algo que, además, causará una mimesis en la competencia hacia ese futuro ecológico gracias a la notable alta demanda de los embalajes ecológicos en la industria y sus sectores adyacentes.

Uno de los casos más representativos es el de Cadepa, una empresa de embalajes ecológicos cuyo compromiso con el medio ambiente da lugar a toda una revolución en el sector. Erigiéndose como pionera en estos productos sostenibles y ecológicos, actualmente, orientándose al concepto ECO y reutilizable en todo su desarrollo. Y, por ello, inspirando a otros hacia ese necesario cambio a través de soluciones útiles.

De este modo, empresas como Cadepa han conseguido crear una alternativa eficiente en el sector del embalaje. Traducida en bolsas de burbuja, espumas, rellenos y todo tipo de productos siempre ecológicos a fin de dilatar su vida útil. Funcionales tanto para la reutilización por parte de la entidad o empresa receptora, pero también con una política de retorno altamente efectiva para hacer la del reciclaje una realidad tangible.

¿Por qué reciclar?

La razón de ser del reciclaje afronta la lucha contra la contaminación desde múltiples perspectivas. Por una parte, reciclar evita que los desperdicios afecten al planeta a través de la basura. Pero, además, reciclar, alargar la vida útil de un producto, también permite reducir la producción y, por ende, la contaminación que ésta genera. Pero sus efectos no sólo atañen a la industria responsable del impacto medioambiental.

Reciclar también conciencia a la sociedad sobre su huella en el planeta. Algo que tiene que ver también con el materialismo y el abuso de los productos de un solo uso. Haciendo así que cada individuo sea consciente de su poder en el mundo, de que son los pequeños gestos los que logran mejorarlo. Desde la economía circular y el estilo de vida hasta la apuesta por empresas con valores y compromisos ecológicos.

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