Además de ser el alimento de los osos panda, el bambú es una materia prima ecoamigable para hacer todo tipo de muebles y objetos decorativos, al igual que la lufa, mucho más desconocida pero igual de resultona y respetuosa con el medio ambiente.
Los increíbles muebles que ves en las imágenes son del diseñador mexicano Fernando Laposse, un verdadero artista en el diseño sostenible, en este caso trabajando con la lufa.
Las creaciones de Laposse demuestran muy claramente cómo la lufa es una alternativa maravillosa a los convencionales plásticos o maderas y, por supuesto, también al mencionado bambú. Y, por suerte, lo hace tanto en lo estético como en lo ecológico.
Sus estilosas mesas, maceteros, biombos, sillas y demás son fundamentalmente de lufa, pero se combinan con terracota, madera y otros elementos, todos ellos con certificación ecológica.
Por cierto, por si lo desconoces, la lufa o luffa es el fruto de una planta curcubitácea originaria de la India en forma de un gran calabacín formado por una densa red de fibras. La planta crece en la Selva Amazónica de manera espontánea en forma de enredadera, y son características sus flores amarillas. Su uso más conocido es como esponja vegetal para la exfoliación y el cuidado de la piel en general.
La sostenibilidad de la lufa o del bambú responde a que se trata de plantas de rápido crecimiento, es decir, de impacto ambiental mínimo, haciendo de ellas una opción más ecológica que la madera para la fabricación de muebles u objetos varios.
Además, su mayor flexibilidad facilita el trabajo manual, convirtiéndolos en materia prima perfecta para su tratamiento por artesanos que trabajan dentro del circuito del comercio justo. Sin duda, la lufa tiene todos los méritos y credenciales para convertirse en el nuevo bambú.