A los restaurantes de comida rápida que sirven hamburguesas envueltas en papel o en una cajita de poliestireno les ha salido un competidor aún más veloz. Es uno de los suyos, sí, pero se distingue de ellos de un modo sorprendente al servir sus bocatas envueltos en un papel que también puede comerse.
¿Cómo, un papel que se come? En efecto, el fast food que ahora está de rabiosa actualidad va más allá de lo imaginable a la hora de ofrecer comodidad en grado superlativo e ir contrarreloj en eso de ingerir alimentos ricos, si bien no tan saludables. Una idea que ha lanzado una hamburguesería brasileña llamada Bob, y que los más suspicaces, o quizás no tanto, podrían pensar que el invento no permite ver qué estás comiendo en realidad.
En fin, en todo caso es una realidad que la idea está pegando fuerte en internet. No podía ser de otra manera, ante una curiosa innovación como ésta, pues por increíble que parezca, las hamburguesas se envuelven, pero resulta optativo desenvolverlas o no para poder comerlas.
Menos contaminación
Volviendo a las sensibilidades y a las percepciones o reacciones, los más forofos y nada suspicaces podrían preguntarse: ¿Tan irresistibles son que la clientela no puede esperar ni a quitar el papel? Ese detalle lo desconocemos, pero durante la campaña fue un éxito absoluto, según los dueños del restaurante. Sea como fuere, lo cierto es que han logrado un marketing de lo más eficaz, y que, además, el invento también tiene ventajas ambientales.
Según destaca la cadena de comida rápida Bob, que el papel sea comestible es una solución inteligente no sólo para los clientes más impacientes, hartos de tener que desenvolver su burguer antes de comérsela, sino también para contaminar menos. En concreto, ahorrar en papel permite crear menos desperdicios y, finalmente, dar menos trabajo y ocupar menos espacio en los vertederos.
Tengo un negocio de comidas rápidas, me interesa el producto.