Arreglar la ropa usada donada por particulares para personas necesitadas a veces es algo inevitable para las asociaciones de caridad, si bien no siempre cuentan con los recursos y/o voluntarios necesarios para llevar a cabo esta labor. Hacerlo supone poder aprovechar las prendas que no pueden ser reutilizadas sin hacerles algún arreglo.
Ante este problema, Cáritas Diocesana de Tui-Vigo ha resuelto coger aguja e hilo para dar salida también a la ropa recibida que normalmente se descarta en las diez parroquias que se encargan de recoger donaciones de ropa en Vigo. De este modo, el sistema se mejora con este «reciclaje ético», una actividad tan sostenible y solidaria en lo social como en lo ambiental.
Vender ropa de segunda mano
La iniciativa podría acabar inspirando a otras entidades que recogen ropa usada con fines solidarios, aunque también es cierto que la red de voluntarios que mueve Cáritas no se tiene en otras asociaciones de ayuda a personas sin recursos económicos.
Reciclar los desechos de un primer reciclaje es darles una segunda vida a las prendas defectuosas por diferentes motivos, con lo que se amplía el número de personas que pueden beneficiarse de estas donaciones. A su vez, además, se está estudiando la posibilidad de abrir una tienda de ropa de segunda mano para ponerlas de nuevo en el mercado y así poder reinvertir los beneficios en ayudar a los más necesitados de un modo distinto.
Desde la organización Humana se recoge ropa para su envío a otros países, dentro de proyectos de cooperación que también suponen una ayuda al entorno. Según los datos facilitados por la ONG, en 2013 se recogieron 275.350 kilos de ropa y calzado usados en Vigo, lo que supuso un ahorro de casi mil toneladas de CO2 a la atmósfera en emisiones.