Los 195 países participantes en la cumbre del clima de Paris están abordando estos días los puntos más difíciles de la negociación. Hay mucho en juego, qué duda cabe. De los resultados depende que el mundo se ponga de acuerdo para frenar el cambio climático a tiempo.
¿Pero, a tiempo de qué? ¿Por qué es una de nuestras últimas oportunidades? ¿O acaso es la última? La ciencia nos da la respuesta a todas ellas y en este post te las contamos de forma sencilla.
¿La COP21, última oportunidad?
Conseguir un acuerdo global vinculante, es decir, que comprometa a todas las naciones firmantes, sería un logro histórico. Hasta ahora, el acuerdo más amplio ha sido el protocolo de Kioto, pero su alcance fue mucho más limitado, entre otras cosas porque excluía a muchas de las grandes potencias. A la postre, las más contaminantes.
La cumbre de París es la XXI reunión climática organizada por la ONU con el objetivo de alcanzar un acuerdo que permita ir reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de 2010. Su montante será superior al actual, pero la progresión será decreciente.
El tiempo es uno de los elementos que permiten afirmar que esta la cita gala es uno de los últimos trenes si queremos evitar llegar a un punto de no retorno en el cambio climático. Así pues, todavía estamos a tiempo de reducir las emisiones de tal manera que el clima no empiece a generar eventos extremos incontrolables.
Evitarlo o, mejor dicho, aplazarlo significa no sobrepasar un aumento de los famosos 2 grados centígrados a finales de siglo. Sin embargo, aún habiendo acuerdo ese límite se sobrepasará.
¿Entonces, para qué acordar nada? El acuerdo se considera un primer paso necesario para ir haciendo revisiones posteriores. Recordemos que los países establecen sus metas de reducción de forma voluntaria, y precisamente por ello los resultados dejan mucho que desear.
Sin acuerdo a la vista
¿Qué ocurriría si el mundo no es capaz de ponerse de acuerdo? Es una posibilidad, qué duda cabe. De hecho, sería una sorpresa que ocurriese lo contrario. Sin embargo, ello no significa que no puedan salir adelante otras iniciativas regionales. O incluso nacionales.
De hecho, un plan B podría ser una respuesta no coordinada a nivel global. Actualmente, los mismos países tienen sus regulaciones sobre emisiones de gases de efecto invernadero y a nivel europeo, pongamos por caso, también se establecen límites.
El problema de estas soluciones es que no consiguen alcanzar los objetivos necesarios para que el cambio climático no se descontrole de tal manera que suponga un peligro para la supervivencia del ser humano.
Ahora mismo, todas las miradas están puestas en las negociaciones que se están desarrollando en Le Bourget, la localidad a las afueras de París donde se está celebrando la cumbre. ¿Pero, y si no hay acuerdo esta vez? ¿Habrá otra oportunidad? El objetivo del acuerdo es crear un marco para la próxima gran conferencia del clima, prevista en 2020.
Si todo sale según lo previsto, sería entonces cuando se reemplazaría el protocolo de Kioto, con la gran ventaja de que sería una acuerdo global y también vinculante, dos características fundamentales para lograr resultados. Eso sí, a largo plazo, porque también en este caso son cosas de palacio, y como tales marchan despacio…
Si París fracasa, podría decirse que el mundo fracasa en tomar medidas contra el cambio climático. Y la próxima cita ya nos queda muy lejos. El tiempo manda, sobre todo cuando las reducciones tenían que haber sido para ayer. ¿El resultado? La humanidad y numerosos hábitats sufrirán las consecuencias de forma contundente.
Nada nuevo, en realidad. La ciencia nos tiene al corriente. Sabemos que habrá constantes crisis humanitarias asociadas a inundaciones, sequías, tormentas, aumento del nivel del mar, olas de calor… Las mismas que hasta ahora pero mucho más frecuentes y a mayor escala.
Provocarán grandes inundaciones, desaparecerán muchas ciudades costeras total o parcialmente, se derretirán los polos, desarrollo de enfermedades, los refugiados climáticos serán un gravísimo problema y también la seguridad mundial.