Un fantástico invernadero de verduras orgánicas en Rusia permite cocinar dieta mediterránea


Construido cerca del lago Klyazminskoe, al noroeste de Rusia, este invernadero de paredes de cristal y cimientos de madera forma parte de un atractivo complejo turístico conocido como Pirogovo Resort.

Su función, lógicamente, no es otra que la de permitir un exitoso cultivo orgánico de hortalizas para el consumo de los afortunados huéspedes, si bien su arquitectura forma un conjunto único con el paisaje que es de auténtica postal.

Totan Kuzembaev Architects lo construyeron, si bien el resto de las instalaciones son obra de muy distintos arquitectos rusos contemporáneos, convirtiendo Pirogovo resort en un lugar idílico para el contacto con la naturaleza y el relax en una región cercana al trepidante Moscú.

Techos de madera maciza, estructuras también de troncos y cristal para integrar el interior de los restaurantes, club de golf o casas se combinan en distintas formas arquitectónicas para ofrecer un conjunto maravilloso, rodeado de bosques de pinos.


En concreto, un tejado de dos aguas corona la estructura del invernadero, formada por madera y cristal ensamblado mediante el uso de acero inoxidable pintado de gris oscuro, con un acogedor porche en su entrada.

En el interior, la luz y las plantas crean una atmósfera acogedora, sobre todo cuando anochece y alrededor todo está nevado. Además, como es fácil imaginar, en su interior se confunden los aromas de tomates, pepinos, calabacines y otras verduras cultivadas con mimo, bajo las más estrictas normas de la agricultura orgánica.

Su existencia permite que el restaurante del complejo llamado Costa de Azur esté especializado en la rica, saludable y tan rebosante de verduras cocina Mediterránea. La materia prima sabe poco de aquellas latitudes, pero el oasis en el que se cultivan permite elaborar unos platos que ya quisiéramos tener por aquí, a las mismas orillas del Mare Nostrum.

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