Una nevera eficiente, clave para ahorrar en la factura de la luz

Nevera eficiente
Como es sabido, el gasto de electricidad en el hogar suele dispararse por el uso de pequeños y grandes electrodomésticos. Pero, a diferencia del climatizador, la lavadora, el lavavajillas, la secadora, una televisión, una máquina de café o un ordenador, pongamos por caso, la nevera necesita estar encendida las 24 horas del día, lo que hace una gran diferencia.

En este sentido, la nevera es un punto y aparte y, de hecho, esta característica hace una gran diferencia a la hora de aumentar el gasto de la luz, aunque también es cierto que hay otros electrodomésticos que sin tener que estar siempre conectados también consumen mucho, como la lavadora, la calefacción o la secadora.

Del mismo modo que hay un sinfín de consejos apra miminizar el gasto en otros grandes electrodomésticos, -por ejemplo, esperar a que el lavavajillas o lavadora estén llenos y favorecer el ciclo corto- o que se recomienda usar temporizadores o prevenir el consumo vampiro, también hay una serie de consejos que podemos seguir para conseguir un consumo eficiente.

Una nevera más eficiente

Conseguir una nevera más eficiente puede significar cambiar de nevera. Sobre todo, será conveniente retirar neveras que no tengan un nivel de consumo de clase A+ como mínimo, pues en otros casos el consumo acaba siendo más caro que adquirir un aparato nuevo. Su posible reemplazo, por lo tanto, debería de ser la primera de las preguntas que nos hagamos.

Pero no sólo conviene que su clase sea lo más eficiente posible. Además, es fundamental que su tamaño sea el adecuado, un aspecto que resulta muy fácil de determinar en función de las necesidades. En suma, se trata de elegir la nevera de menor tamaño, justo el que se adapte a nuestros requerimientos, sobre todo evitando que el tamaño sea excesivo, en cuyo caso de poco serviría que tuviera un A+++ si estamos manteniéndola en marcha todo el día derrochando energía por una simple cuestión de dimensiones que podría haberse evitado.

Por lo tanto, si hemos de elegir qué electrodoméstico cambiar, tengamos en cuenta que la nevera es el único que hemos de tener encendido permanentemente, una razón más que suficiente para que sea de clase A+ o, todavía mejor, con más pluses.

Temperatura ideal

Además de descartar neveras antiguas que consumen como locas y de optar por el tamaño necesario, que no sea más grande de lo que se necesita, hay que tener en cuenta una serie de gestos verdes que van desde su mantenimiento y uso diario hasta su programación de las temperaturas del refrigerador y también del congelador.

Nevera eficiente 2En concreto, la temperatura del refrigerador debe situarse entre los 2 y los 5 grados centígrados en éste, mientras el congelador debería estar a menos 15 grados centígrados. Y, con respecto al uso, además de evitar abrirlo y cerrarlo constantemente, es decir, más veces de la cuenta, y de no dejarlas abiertas más allá de unos segundos (tanto las de la nevera como las del congelador), será importante revisar sus sellos para evitar fugas, y al mismo tiempo será de gran ayuda limpiar de polvo las bobinas de la parte posterior o inferior, y revisar su funcionamiento de forma periódica.

Por último, en caso de estar ausentes durante una temporada por vacaciones o trabajo, aprovechemos los días antes para ir consumiendo los alimentos, lavarla luego en profundidad desconectando la alimentación y finalmente dejarla desenchufada hasta nuestra vuelta. Y, por supuesto, siempre que vayamos a hacer una limpieza evitemos el uso de materiales metálicos (cuchillos que suelen usarse como rasquetas, etc.), pues son conductores de electricidad muy peligrosos, que pueden darnos un buen susto en caso de que la nevera esté encendida, algo que ocurre muy a menudo.

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