Utilizar la placenta para hacer marcos de fotografía


Esta es una curiosísima manera de reciclar, pero no por ello menos válida. Es más, hay quienes la consideran artística, emotiva y muy especial, algo fácilmente comprensible si consideramos que toca un tema tan sensible como es el nacimiento de un bebé.

La idea es simple y al tiempo compleja. Básicamente consiste en recoger la placenta en el momento del nacimiento y transformarla en un marco de fotografías único y personalizado. Así de fácil y de difícil a la vez, pues el proceso de fabricación tiene su miga.

Su inventora es Amanda Cotton, una joven graduada de la Universidad de Brighton en la especialidad de Diseño sostenible. Ella misma explica que el proceso de producción consiste en hervirla y luego molerla en trozos pequeños antes de colocarla en un molde junto con resina para así crear diferentes diseños que le den la forma final al marco, cuyo aspecto es parecido al mármol.

Una idea de éxito

Amanda Cotton ya ha empezado a recibir pedidos de futuros padres entusiasmados con la idea. “He tenido un montón de comentarios positivos y ya tengo clientes”, dice. Por ejemplo, Ulrika Jarl espera a su segunda hija en Navidad y tras el nacimiento tiene previsto colocar la placenta en una caja térmica para que Amanda pueda convertirla en un marco.


La idea surgió por casualidad: “Elegí la placenta debido a que durante mi tiempo en Brighton viví con una partera que me dijo que se le daba poca importancia a la placenta, a pesar de que es el vínculo entre la madre y el bebé durante todo el embarazo”. Fue a partir de este comentario cuando se le encendió una lucecita y dedidió desarrollar una técnica que hiciera posible convertir este residuo biológico en un objeto personal que recordara un momento tan clave en la vida de las personas.

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