Viviendas sostenibles: ¿Qué es la certificación Passivhaus?

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La certificación Passivhaus se considera un importante estándar de vivienda sostenible. Con sus pros y sus contras, pero sin duda constituye una propuesta que permite avanzar hacia el complicado reto de mejorar la eficiencia de las viviendas.

La idea original surgió en el ámbito científico. En concreto, fue creado en 1988 por los profesores Bo Adamson, de la Universidad de Lund, en Suecia, y Wolfgang Feist, del instituto Alemán de Edificación y Medio Ambiente.

Millones de metros cuadrados

Esta última institución fundó en 1994 el PassivHaus Institut (passiv.de/), y lógicamente lo hizo en el país germano. La década de los noventa, por lo tanto, puede considerarse el inicio de esta interesante propuesta, que actualmente goza de un predicamento internacional.

Actualmente, hay más de 6 millones de metros cuadrados útiles construidos siguiendo las recomendaciones PassivHaus, de acuerdo con criterios pasivos. Hasta tal punto es así que a la casa pasiva también se la conoce como casa Passivhaus.

No son sinónimos, pero en la práctica pueden usarse de forma indistinta para aludir al concepto de casa pasiva. Básicamente, ésta tiene un consumo casi nulo, para lo cual se utilizan conceptos de la arquitectura bioclimática, incidiendo de forma especial en una eficiencia energética máxima.

Las casas que cuentan con el certificado Passivhaus, por su parte, necesitan seguir una serie de criterios concretos en cuestiones como la hermeticidad, consumo de energía primaria, demanda de refrigeración y calefacción.

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La demanda de estas dos últimas, por ejemplo, han de ajustarse a un consumo de energía especificado. Mientras en estos casos debe ser igual o menor a los 15 kWh por metro cuadrado al año, el consumo total de energía primaria (generada por el productor, no comercializada) no puede superar los 120 kWh por metro cuadrado al año en alumbrado, aire acondicionado y electrodomésticos.

Otros parámetros que es necesario seguir para cumplir con los requisitos del estándar alemán, pensado para los países centro europeos se refieren al aislamiento y estanqueidad, aprovechamiento solar en invierno y, por ejemplo, índices de temperatura para el confort del ambiente interior.

Las casas pasivas que se construyen siguiendo el modelo PasivHaus en las regiones más cálidas encontrarán unos resultados más adaptados gracias a los reajustes realizados por el Poryecto Passive On.

Es decir, tanto en uno como en otro caso, las casas pasivas buscan lograr una habitabilidad confortable durante todo el año sin necesidad de recurrir a los tradicionales sistemas de calefacción o climatización.

Si el objetivo de Feist y Adamson fue en un principio crear una casa con un consumo de energía bajo en relación al frío que hay en Alemania, éste se valora en términos comparativos.

Por su parte, el confort térmico logrado con sistemas pasivos en otras regiones cálidas deben adaptarse a las distintas circunstancias a la hora de realizar la construcción de la vivienda.

Si entonces se definieron una serie de características que finalmente pasaron a considerarse el estándar que nos ocupa, la esencia de las mismas sigue conservándose en este otro proyecto, mucho más reciente.

Surgido a partir de aquel, pretende difundir el concepto de casa pasiva a nivel comunitario. No solo entre profesionales de la construcción y ciudadanía europea, sino también entre los gobiernos locales. Se facilitan las reuniones entre los primeros para que el resultado sea

El proyecto prevé en cada país socio reuniones técnicas de trabajo para arquitectos y otros profesionales de la construcción y una reunión de trabajo final para todos los grupos implicados.

Finalmente, el ciclo de vida de una vivienda siguiendo el estándar PassivHaus permite afirmar que éste no resulta más costoso que el de una convencional. Los sobrecostos acaban siendo amortizados, en efecto, además de resultar muy efectivo a nivel ambiental.

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