Recurrir a los remedios naturales es una forma sencilla y ecológica de lucir una bonita melena o simplemente un pelo más sano, nutrido y brillante. En este post haremos un rápido repaso a algunos de los aceites y mantecas vegetales más populares de uso cosmético capilar.
Su uso puede hacerse por separado o combinando unos con otros y, por supuesto, siempre existe la posibilidad de usarlos junto con otros productos convencionales (acondicionadores, champús, mascarillas, etc.) o de combinarlos con otros ingredientes naturales, como el limón, el vinagre de manzana, el yogur natural, la miel o, por ejemplo, la yema de huevo.
Se trata, en suma, de encontrar la fórmula que mejor responde a nuestras necesidades, ya sea reparar las puntas abiertas, sanear el cuero cabelludo, hidratar medias puntas o el cabello al completo. Y, en todos los casos, siempre será más natural elegir productos bio, que provengan de cultivos ecológicos, e incluyan la respectiva certificación.
Aceite de argán
El aceite de argán es oro líquido, un auténtico tesoro para lucir un hermoso cabello. Será de gran ayuda como protector, tanto para un día de playa o al aire libre, pongamos por caso, como para el uso del secador o de tenacillas y planchas.
Su aplicación antes o después del enjuague actúa como acondicionador y, si bien puede dejarse en el pelo sin aclarar, no siempre permite que el pelo tenga la ligereza necesaria e impide conseguir volumen. Un problema común que tener en cuenta con otros aceites y mantequillas vegetales.
Una solución es aplicar como tratamiento de choque de forma regular, por ejemplo una vez por semana. Conseguiremos rehidratar el cabello y lograremos los mejores resultados si dejamos actuar durante toda la noche. Igualmente, sería interesante aprovechar y aplicar en el cuero cabelludo mediante masajes circulares con las puntas de los dedos e, importante, las uñas bien cortadas.
Aceite de almendras dulces
El aceite de almendras dulces también es una inyección de vida para los cabellos apagados, pero abstengámonos de aplicarlo en el cuerdo cabelludo si lo tenemos graso. De hecho, los mejores resultados se logran cuando se tiene el cuero cabelludo seco.
Por lo demás, sirven las pautas anteriores a la hora de elegir su aplicación antes o después del lavado, con la doble opción de aplicar en puntas abiertas de forma sutil. Bastarán unas gotas, que frotaremos con las palmas de las manos hasta calentarlas, para finalmente aplicarlo. Esperemos una mayor eficacia preventiva.
Aceite de oliva
El aceite de oliva virgen extra es otro importante recurso natural que nos ayuda a mantener el pelo nutrido sin necesidad de recurrir a cosméticos de composición química. Eso sí, al ser un aceite otra vez hemos de prevenir a quienes buscan un peinado con volumen o aquellos que tengan las raíces grasas.
Mantequilla de coco
El aceite o manteca de coco es el secreto de muchas melenas fantásticas. Su aplicación a modo de mascarilla proporciona suavidad y sedosidad, como resultado de una nutrición.
Es importante que sea aceite de coco virgen para lograr los mejores resultados. Nada de productos refinados ni de mezclas de ingredientes entre los que el aceite de coco queda relegado a una ínfima parte, por mucho que en el envase se anuncie en letras grandes.
Aplicar aceite de coco puro nos garantiza que la mitad de su composición está formada por el ácido láurico, responsable de esa suavidad y resistencia aportada al cabello gracias a su composición, afín a las proteínas del cabello. Ideal para las personas que tienen el pelo poroso y castigado.
Manteca de karité
La mantequilla de karité es nuestra última sugerencia, un auténtico milagro para el pelo. Proporciona una nutrición intensa, y tampoco necesita aclarado, aunque la sensación de pesadez sigue siendo un inconveniente. Como en los anteriores casos, se soluciona aplicándolo a modo de tratamiento de choque durante la noche o, por ejemplo, cuando estamos en la playa para así protegernos del sol. Para más ventaja, podemos retirarlo al bañarnos, ya que son biodegradables.