Autopistas que cargan los coches eléctricos al circular

TEV Proyecto
La falta de autonomía de los coches eléctricos es uno de sus principales problemas, si bien los nuevos avances tecnológicos están ampliándola, pero el precio de los coches que ven mejorado este aspecto tienen precios prohibitivos.

Sea como fuere, por mucho que avance la tecnología, no cabe duda de que se precisan de puntos de recarga como infraestructuras públicas que permitan recargar las baterías como puedan hacerlo ahora las gasolineras con los coches convencionales.

Proyecto TEV

No estaría nada mal poder hacerlo mientras el coche está en movimiento, toda una innovación si se pusiera en práctica, ya que como idea no es algo nuevo. Aunque difícil de implementar, ya que las ideas hasta ahora se basaban en carreteras que precisan incrustar en el asfalto algún sistema de carga o emulando al sistema ferroviario de las catenarias, tanto para transportar la tensión eléctrica como para suministrarla.

Otra posibilidad es la del Proyecto TEV, una sorprendente idea de Will Jones basada en la creación de autopistas capaces de recargar a los coches simplemente circulando por ellas. Además, está orientada a la conducción autónoma.

Es decir, los coches se moverían sin conductor, por lo que teóricamente sería más seguro, al tiempo que polucionaríamos menos, afirma su hija, Caroline Jones Carrick.

Sería un transporte sostenible y accesible «de cero emisiones, cómodo, útil y seguro”, explica Caroline. Lógicamente, su implantación supone imaginar una ciudad muy diferente, concretamente una smart city basada en los principios de la conectividad y la sostenibilidad, éste un valor clave para su diseño, por otra parte.

Aunque se trata de una carretera en la que solo circulasen coches eléctricos, su creador piensa que resultaría viable porque las ventajas serían tantas que podrían desplazar a los coches convencionales.

Por otra parte, serían unas carreteras que se construyen por módulos, además de ser integrables con las carreteras preexistentes, con incorporaciones automatizadas a través de unos complejos sistemas.

Simplemente con dos carriles el sistema puede asumir tanto tráfico como una carretera tradicional de seis carriles. Siguiendo con la lógica del invento, nada impediría que los vehículos viajaran sin límite, puesto que la alimentación sería continua. Su uso para el transporte por carretera de vehículos pesados no se contempla, sin embargo, un inconveniente que tendría que solucionarse.

Como ventaja de gran importancia, se destaca el hecho de una importante reducción de accidentes sin renunciar a altas velocidades de desplazamiento, lo cual también agilizaría el tráfico. ¿Un mundo ideal? No cabe duda de que pinta bien, pero también exige unas transformaciones en infraestructuras difíciles si no imposibles de asumir a corto o medio plazo.

El auge de los coches eléctricos

Además de la madurez de la tecnología y de la necesidad de puntos de recarga o de autopistas del futuro como la del Proyecto TEV, se espera una progresiva bajada de costes.

Proyecto TEV
Un reciente estudio comparativo realizado por la Organización Europea de Consumidores (BEUC) entre vehículos eléctricos y coches tradicionales, de gasolina y diésel concluye que a partir de 2024 el coste de un eléctrico durante su vida útil será inferior al de los convencionales.

Los pronósticos que han hecho públicos hace unos días los gabinetes londinenses Carbon Tracker y Grantham Institute también apunta en este sentido, concluyendo que la caída de los precios de los coches eléctricos y de los paneles solares podrían afectar de forma importante la demanda de petróleo.

De acuerdo con este estudio, en solo unos años podrían frenar la demanda de petróleo de seguir como hasta ahora ambos mercados. En concreto, ya para 2020 se espera la detención del crecimiento mundial de la demanda de petróleo y carbón. Son unas predicciones sorprendentes, que suponen una seria amenaza para los combustibles fósiles, mucho mayor de lo que se creía hasta ahora.

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