Barcelona, ciudad amigable con la cultura vegana

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Barcelona se pinta de verde. Metafóricamente hablando, se entiende, pero las medidas que va a tomar son concretas y tienen el color de la esperanza, sin simbolismos de por medio. Su declaración como «ciudad amiga de la cultura vegana y vegetariana», en definitiva, ha abierto las puertas a medidas inéditas en la política municipal española.

Lo hace por todo lo alto, buscando un compromiso eco amigable que abarque una rica filosofía que se concreta en la promoción de hábitos éticos y saludables desde muy diferentes puntos de vista. Aún a falta de saber en qué acabará esta maravillosa iniciativa, su mismo planteamiento e implementación es una buena nueva que no puede pasar desapercibida para un blog como éste, que apuesta por todo lo eco amigable.

Primera ciudad Veg-Friendly

Tan peculiar declaración implica la toma de medidas para fomentar y difundir esos hábitos siguiendo las recomendaciones científicas que sirven de apoyo para combatir el cambio climático, así como las políticas que lleva a cabo la Organización de las Nacionaes Unidas para la Alimentación y la Agricultura, conocida como FAO.

Así pues, se busca trabajar en esta dirección, tanto de acuerdo con las recomendaciones de la FAO como con los estudios que señalan claves para combatir el calentamiento global y la desigualdad en el acceso a los alimentos ganaderos.

El origen no es la moción presentada por ERC, luego aprobada por en la Comisión de Economía y Hacienda del Ayuntamiento con el respaldo de Barcelona en Comú, PSC, CiU y CUP, sino la petición que hizo en la última campaña electoral la Asociación Animalista Libera! y la Fundación Franz Weber de que incluyeran esta iniciativa en sus programas.

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Entonces buscaban «mucho más que una simple declaración de intenciones«, y ahora mediante su aprobación no tendrán que lamentar que un programa u otro no lo contemple o, haciéndolo, su falta de aplicación.

¿Y su aplicación, en qué consistirá? Barcelona se compromete a difundir información sobre las opciones de consumo veganas y vegetarianas a través de un «BCN Veg Point», en cuya gestión también participarán las ONGs.

Será un espacio informativo que también servirá de punto de encuentro para consumidores, emprendedores, asociaciones e inversores para potenciar el comercio local vegano y vegetariano. En concreto, las llamadas tiendas de esquina, para así facilitar la compra de sus productos.

Otros de los proyectos son adherirse a la campaña «Lunes sin carne» y la publicaciónde una guía urbana vegetariana, tanto impresa como digital, a la que irá aparejada una app para informar a los vecinos y a los turistas de esas opciones.

¿Y, por qué en Barcelona? Podría haber sido cualquier otra, pero la ciudad condal tiene rasgos que la hacen idónea para el proyecto. Leonardo Anselmi, portavoz de la campaña BCN Veg Friendly, lo tiene claro:

Es una ciudad que tiene las condiciones sociopolíticas para proponer, aceptar y aplaudir una iniciativa de estas características, capaz de externalizar determinadas políticas públicas dada su visión cosmopolita e internacional.

Objetivo: predicar con el ejemplo

Además de lograr los mejores resultados posibles a nivel local, la campaña también busca servir de ejemplo para que otras ciudades y municipios se animen a hacer lo propio. Lejos de ser una propuesta alejada de la realidad o de los problemas de las personas, su objetivo está a pie de calle, y precisamente por eso es fácil que se produzca esa implicación o engagement en otros lares.

¿Porque, cómo decir que no a potenciar la salud, un desarrollo económico y social sostenible, el desarrollo a nivel local, los hábitos más éticos y saludables…? Lamentablemente, es lo que hacemos muy a menudo.

Sin ánimo de generalizar, pero en este caso la realidad es palmaria, y precisamente por ello lo importante es cambiarla con propuestas tan revolucionarias como éstas. ¿Será pedir la luna? Quizá sí, pero cuando las medidas que facilitan este tipo de ideales llaman a nuestra puerta es importante abrírsela. En especial cuando las políticas son locales, vienen a buscarnos y, en suma, nos tocan mucho más de cerca en nuestro día a día.

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