Las bombillas del futuro no han de hacer virguerías. O sí, visto lo visto con el avance de la domótica y el Internet de las cosas pero, sobre todo, se les pide una mayor eficiencia. Justamente, lo que pueden ofrecer unas bombillas que estarán en el mercado a partir del próximo otoño. ¿Su secreto? El grafeno, ese material casi milagroso en el que tantas esperanzas hay puestas en un futuro más verde, que se espera no demasiado lejano.
En el plano ecológico, en efecto, el grafeno puede cambiar nuestra vida y un sinfín de cosas que nos rodean, revolución energética incluida, y hacerlo con inventos ecológicos que más bien parecen salidos de una película de ciencia ficción. En este caso, sin embargo, casi casi mañana mismo será una realidad. Y es que las bombillas de grafeno han llegado, y prometen una eficiencia muy interesante.
Más eficiente que una LED
Los padres de la criatura son científicos de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, que ha desarrollado su primera bombilla con grafeno y prevé lanzarla al mercado en tan sólo unos meses.
No en vano, fue esta misma universidad la pionera en aislar el grafeno. Desde entonces (2004), se trabaja en ofrecer aplicaciones comerciales que ayuden a sacar partido de este material. En este sentido, la bombilla es una clara muestra de que los productos de grafeno pueden ofrecer grandes ventajas para el consumidor particular pero, sobre todo, para la humanidad y el planeta.
Si decíamos que el secreto de estas bombillas era el grafeno, en realidad hay que puntualizar que su capacidad de conducción de la electricidad y del calor es, a su vez, lo que explica sus increíbles ventajas tanto con respecto a las luces tradicionales como en relación a las LED, frente a las que permiten ahorrar hasta un 10 por ciento más.
Consume menos y es más barata
Como ocurre con tantas otras cosas, también en esta ocasión coinciden ahorro y respeto ambiental. Según sus creadores, «usará menos energía y durarán más». Además, los costes de fabricación son menores y «se utilizan materiales sostenibles«, si bien no se han dado precios, ni siquiera orientativos.
Las bombillas son objetos de uso cotidiano intensivo, por lo que este invento puede marcar el futuro de la iluminación a nivel mundial. Teniendo en cuenta que hace apenas una década se logró aislar el grafeno, este invento no deja de resultar sorprendente. Es, por otra parte, un avance de lo que puede llegar a dar de sí el grafeno. Su potencial es tremendo, y lo más interesante quizá sea lo rápido que está empezando a encontrar aplicaciones que, como ocurre en este caso, pronto podríamos tener en nuestra casa, en la oficina, y prácticamente en todas partes.
Sin embargo, todavía quedan interrogantes importantes que resolver. ¿Realmente será tan barata como dicen? ¿Su durabilidad también responderá a las expectativas creadas? Si realmente consigue sumar todas las ventajas que se anuncian (sostenibilidad, menor coste, mayor durabilidad y ahorro) no cabe duda de que estamos ante un invento revolucionario que marcará un antes y un después en la iluminación y en la aplicación del grafeno.
Con hallazgos como éste, los inventos verdes tienen todas las papeletas de cambiar el mundo y dejar atrás los tremendos problemas que provocan los recursos y materiales que, aún siendo contaminantes, siguen siendo objeto de uso y abuso, simplemente porque son más baratos, como ocurre con el carbón, el petróleo, la energía nuclear y, en general, con los combustibles fósiles. Aún así, por muy eficientes que sean, siempre será más verde aprovechar la luz natural al máximo y, en suma, ser consumidores responsables. Lamentablemente, no hay invento que pueda combatir la malas prácticas.