La pasta de dientes casera puede ser una buena alternativa a los dentífricos que se comercializan, sobre todo si los elaboramos con ingredientes bio. En un post anterior vimos cómo hacerla mediante una formulación básica que sustituyera a la comprada en eficacia desinfectante, y comprobamos que la receta era sencilla, fácil y rápida.
Sin embargo, aun teniendo en cuenta que las pastas de dientes cunden mucho, sean del tipo que sean, -basta con aplicar una cantidad similar a la del tamaño de un guisante-, la mejor manera de ahorrar es no tener que usarlas, lógicamente.
Así es, evitar su uso sería sostenible para el planeta y también para nuestro bolsillo. También nos ahorraría tiempo en preparaciones o en compras. ¿Pero, estamos hablando de algo posible? En efecto, es posible, pero no sólo eso, porque además la solución ya existe, y además adopta distintas formas. En este post veremos dos de ellas. Son propuestas que demuestran que es posible rescindir de la pasta de dientes, y lo hacen recurriendo a diseños futuristas y minimalistas que apuestan por la simplicidad y la eficacia.
Nanotecnología, el futuro
El diseñador japonés Kosho Ueshima ha creado Misoka, un cepillo de dientes que, simplemente, se usa sin pasta y, por supuesto, ello es posible porque no la precisa. Es decir, el cepillo es casi un gadget, y no porque sea eléctrico sino por su concepción y fabricación.
Para fabricarlo, el diseñador se asoció con Yumeshokunin Co. LTD, una compañía especializada en nanociencia que aportó la parte mágica del invento al recubrir las cerdas con iones minerales microscópicos que actúan al estar en contacto con el agua.
¿Los resultados? Según su creador, además de mantenerlos limpios y brillantes, elimina manchas. Esta innovación se presentará en el Milan Design Week de este año para el mercado europeo, si bien ya está a la venta en mercados asiáticos. Eso sí, como punto débil, el cepillo hay que renovarlo cada mes (Misoka significa en japonés «último día del mes»), y está hecho de plástico, con lo que este aspecto no resulta nada amigable con la naturaleza y, dependiendo del precio, tampoco con el bolsillo, aunque como idea puede llegar a ser interesante mejorando estos aspectos.
Cepillo bio y masticable
La propuesta del diseñador libanés Leen Sader no es menos sorprendente, pero en este caso la nanotecnología brilla por su ausencia. Muy al contrario, es una mirada hacia atrás, a lo natural.
A un simple golpe de vista parece una ramita de regaliz, pero se trata de todo un invento, mucho más ingenioso y eficaz. En este caso, este curioso cepillo es una varita de limpieza dental bautizado con el nombre de Miswak.
¿Sus características? Es de composición orgánica, biodegradable y puede definirse como un todo en uno, ya que contiene pasta de dientes y cepillo sin contenerlos, en realidad, porque no adoptan la forma de uno ni de otro. Sin embargo, y esto es lo importante, sustituye a ambos, con lo que el Miswak es un rediseño de una cosa y de la otra.
Su uso es bien sencillo, hay que despegar su capa externa y masticarlo para lavar los dientes. Se va masticando la parte superior, haciéndolo de forma progresiva cada vez que hagamos una limpieza, con lo que la varita va gastándose, hasta que llegamos al final de ella y la descartamos, sin más.
El invento, además, está inspirado en una ramita de limpieza que acostumbran a usar paquistaníes e indios, entre otros pueblos. El autor se inspiró en esta tradición para hacer su propia versión, con forma de cigarro que se guarda en una cápsula de plástico como envase protector.