Si nos preocupa el medio ambiente, lo suyo es pasar a la acción. Para lograr grandes cosas no es necesario ser activista de Greenpeace ni vivir un estilo de vida radicalmente diferente. Los pequeños gestos cotidianos son una gran aportación que hacen una importante diferencia a largo plazo.
En este post te ayudamos a ser más verde en la oficina, uno de los retos más complicados para ser más respetuosos con el medio ambiente. Siguiendo nuestros consejos podremos ahorrar dinero y reducir el impacto ambiental de las actividades laborales en nuestra empresa.
Cinco sencillos consejos
Pasarse al verde, en efecto, también supone serlo en el trabajo. Y es que, lamentablemente, en el trabajo abundan las prácticas poco ecológicas. Por suerte, intentar revertir la tendencia es muy sencillo y seguir los siguientes consejos un primer paso para conseguirlo:
1. Ten en cuenta las tres erres: La máxima ecológica de las tres erres funciona de maravilla como norma comodín a la hora de tomar decisiones en la oficina. Primemos la reducción, luego la reutilización y, como tercera opción, el reciclaje. Por ejemplo, siempre será mejor no imprimir (reducimos) pero si lo hacemos usemos el modo borrador (gastaremos menos tinta), y al tiempo reutilicemos otro papel e imprimamos por la otra cara. En caso de usar un papel nuevo, si es reciclado, mucho mejor.
Igualmente, al desechar papel usado pensemos en el reciclaje. Es decir, reutilicémoslo para usos similares o diferentes (aquí la creatividad es clave) y, en caso de ir a la basura, que acabe en el contenedor azul.
Pensar en lo que es innecesario, en lo que se puede reutilizar y reciclar, en definitiva, es una medida sencilla de ser más verdes en el trabajo. No olvidemos que a la hora de reducir también hemos de pensar en el consumo energético.
2. Reducir el consumo de energía: Así es, consumir menos energía suma puntos verdes. Este aspecto es capital en el lugar de trabajo, pues las oficinas se caracterizan por hacer un uso intensivo de electricidad.
Los gestos que podemos hacer son muchos, como hacer una pequeña inversión para instalar bombillas de bajo consumo, aprovechar la luz natural, colocar regletas con interruptor para evitar el consumo vampiro al finalizar la jornada y el modo de espera durante la misma. O, por ejemplo, bajar el termostato de la calefacción un solo grado, lo cual reducirá la factura en un 10 por ciento.
3. Compra productos ecológicos: A la hora de elegir mobiliario de oficina, a menudo podemos hacer compras verdes optando por materiales como el bambú o, sin ir más lejos, por muebles de segunda mano.
Ocurre lo mismo cuando adquirimos distintos consumibles, si bien suelen tener un precio más elevado. En todo caso, esto no siempre es así o la diferencia realmente no es excesiva, sobre todo si elegimos proveedores que trabajan con numerosas marcas verdes.
También será un gesto verde optar por productos locales, que no impliquen una huella de carbono extra por el transporte. O, por qué no, hagamos compras buscando siempre una máxima durabilidad y aparatos electrónicos que ofrezcan eficiencia energética, otra manera de cuidar el planeta y el bolsillo.
4. Decora la oficina con plantas: Las plantas, cuando son abundantes, nos ayudan a combatir la fatiga visual y psicológica. También ambientan el espacio mediante su poder de purificación. Si bien emiten CO2 durante la noche, el balance final resulta positivo, con lo que oxigenan la atmósfera.
5. Elimina los desechos correctamente: No solo se trata de hacer un uso adecuado de los contenedores de basura, sino también de acudir a puntos limpios en lo que respecta a pilas usadas, cartuchos de impresora y otro tipo de desechos electrónicos.