Proteger el planeta y mimar al peque de la casa es todo un reto, qué duda cabe, y precisamente por ello resulta importante contar con trucos que ayuden a conseguir resultados estupendos.
En este post daremos cinco pautas en forma de trucos sencillos para que las mamás tengan fácil cuidar el medio ambiente en su día a día. Porque la ecología es también para bebés, mamis y papis…
Cinco propuestas a nuestro alcance
1- Ahorrar agua: Los bebés implican un uso intensivo del agua para lavarlos, para lavar su ropa, sus pañales (sobre todo si prescindimos de los desechables, bastante menos ecológicos) o a ellos mismos en su bañerita, normalmente todos los días por la tarde. Será interesante llenar el tambor, usar el agua caliente solo cuando sea necesario, tender la ropa en lugar de usar la secadora o aprovechar el agua del baño antes de que salga caliente.
2- Eliminar manchas: Los niños se echan muchas manchas y es clave buscar alternativas a los productos anti manchas de composición química, dañinos por su impacto ambiental y por resultar alergénicos. En algunos casos es sencillo. A la hora de eliminar las manchas de fruta es efetivo dejarlas durante unas horas (por la noche, por ejemplo) mojadas en leche.
3- Limpieza de accesorios: Buscar productos de limpieza para lograr una desinfección con garantías será sencillo teniendo siempre cerca el vinagre blanco.
Bastará con echar unas pocas gotas de vinagre blanco para evitar el efecto calcáreo que se suele producir en las paredes de los biberones. No tengamos miedo de que el olor resulte desagradable, pues echar tres gotitas en el agua dentro del esterilizador ofrece una eficacia completa sin dejar olor.
4- No a la naftalina: A la hora de guardar en el armario la ropa que normalmente se quiere conservar con bolas de naftalina, encontraremos alternativas interesantes en las hierbas aromáticas y las especias.
Nos serán útiles los clavos de olor o claveros, las ramitas de tomillo o menta seca colocados en un recipiente abierto colocado en el cajón, en unas bolsitas transpirables colgadas en las mismas perchas o en la parte baja del armario.
Si también buscamos aromatizar incluso podemos utilizar aceites esenciales de esas mismas hierbas o especias. De ese modo lograremos el doble efecto. Será útil para guardar jerseys, mitones, bufandas y cualquier otra prenda que normalmente se protege con naftalina.
5- Calor natural:La bolsita de agua caliente es una buena opción, pero si queremos optar por soluciones más ecológicas podemos reunir huesos de cereza o de olivas para fabricar un saco térmico.
Idealmente, introduzcámoslo en una bolsa de algodón orgánico y aprovechemos su capacidad de retener calor para introducirlo en el microondas. De ese modo, tendremos una almohada térmica que también podemos almohadillar para que resulte más cómoda o simplemente colocarla dentro de un suave cojín.
También podemos hacerlo con semillas, pero éstas deben se tratadas, pues de otro modo se estropearán. Por contra, los huesos son más fáciles de limpiar y mantener durante largo tiempo sin que se deterioren. Eso sí, evitemos añadir aceites esenciales, pues su inhalación directa puede ser contraproducente para los bebés.
Igualmente, pueden utilizarse para refrescar, una interesante solución si el peque ha sufrido un golpe de calor o, simplemente, si queremos bajar la temperatura.
Siempre con mucho cuidado, buscando ese punto de bienestar óptimo. Para lograrlo, bastará con introducir la bolsita de huesos o de semillas en el congelador hasta alcanzar la temperatura deseada. Será fácil hacerlo en casa utilizando retales de tela o huesos que vayamos guardando o, por qué no, adquirámoslo directamente, pues también se comercializan. Es especialmente recomendable en el caso de las semillas de trigo o similares.