Reutilizar objetos es la mejor manera de mostrar nuestro respeto por el medio ambiente. Pero si, además, lo hacemos para educar a los más jóvenes, aún cobra más valor. En Nueva York, una ciudad donde nunca falta la inventiva ciudadana, han probado a reutilizar los envoltorios de cartón de las pizzas como hornos ecológicos.
La causa ecológica, de este modo, llega a los más jóvenes con la elaboración de algo que les gusta: una rica y apetitosa pizza. Es una forma divertida y práctica de demostrar la importancia de reducir la huella de carbono y de llevar una vida más sostenible. Cocina ecológica, de masas, lúdica y didáctica.
Han sido un grupo de estudiantes de las escuelas James Madison de Brooklyn y Edward R. Murrow de Nueva York los que han hecho esta promoción de un modo de vida más sostenible. Han diseñado su propia manera ecológica de cocinar la pizza sin usar un horno eléctrico, es decir, sin usar electricidad. Lo han hecho en cajas de pizza y con energía solar.
Según se desprende del experimento, estos hornos se pueden calentar hasta doscientos grados en un día abrasador, como los hay a menudo en el verano neoyorquino. Más que suficiente para hornear una rica pizza.
Las cajas de pizza diseñadas por los alumnos están recubiertas con papel de aluminio y son capaces de calentar los alimentos que estén en su interior de manera uniforme. Además de la demostración técnica y de la sensibilización medioambiental que se ha conseguido, con el evento se ha promovido la participación de los ciudadanos y la buena convivencia social.
Más allá de todo ello, el comportamiento juvenil está terriblemente influenciado por la televisión, las personas de éxito, los deportistas o las estrellas de cine (el éxito fácil y sin esfuerzo), mientras que las personas cercanas pasan casi por invisibles. Acciones como ésta, no sólo desarrollan la conciencia medioambiental, sino, en general, la conciencia total, darse cuenta del grupo al que se pertenece y el valor que cada persona puede aportar.