La eliminación de los malos olores de forma natural, sin recurrir a métodos productos químicos que resulten nocivos y también mucho más caros, siempre es una opción eco-amigable, respetuosa con la salud y con el medio ambiente.
En el hogar existen numerosos focos de pestilencias, por lo que las estrategias también deberán ser distintas si queremos lograr la eficacia necesaria para acabar con ellos realmente. Para conseguirlo será importante contar con un mucho de imaginación y otro tanto de perseverancia. Sí, hay trucos, y funcionan, pero hemos de tener interés en conocerlos para poderlos aplicar de forma conveniente.
En efecto, a diferencia de los productos comerciales que prometen erradicar olores, entre otros ambientadores y limpiadores domésticos, las soluciones ecológicas ya envasadas rara vez nos llegan a través de la cesta de la compra. Y no por falta de ganas o de interés, sino más bien de oferta en los supermercados habituales, viéndonos obligados a recurrir a tiendas especializadas para encontrarlos.
Un arsenal infalible
Al margen de esta escasez de productos limpiadores que eliminen olores al tiempo que higienicen ambientes y superficies, y de su poca accesibilidad, bien mirado no son imprescindibles. Por suerte, en la despensa o en el súper tenemos productos ecológicos que pueden aplicarse directamente o usarse en fórmulas sencillas para acabar con olores fácilmente.
¿Qué necesito para acabar con el problema de los olores en casa? Si queremos estar siempre preparados para solucionar cualquier imprevisto olfativo o para prevenir malos olores, no puede faltarnos el limón, el carbón vegetal, el vinagre, el bicarbonato sódico, el jabón natural, la harina, así como distintos accesorios que nos ayudan a limpiar de forma mecánica, sin tirar de procesos químicos, entre otros el papel de periódico, bayetas hechas con retales de telas o el típico cepillo y hasta cepillos de dientes reciclados, muy útiles también.
Algunos ejemplos
El bicarbonato, el vinagre y el limón, sin ir más lejos, nos servirán casi para cualquier cosa a la hora de limpiar la casa. Se pueden aplicar directamente y pasar el paño o el estropajo (cuidando que no rayen superficies delicadas) para acabar con malos olores procedentes de suciedad incrustada maloliente en paredes, vajilla y cualquier objeto. O apliquemos una fórmula casera que habremos diluido primero en una botella, para luego usar con un práctico pulverizador para un sinfín de usos.
Por ejemplo, el papel de periódico es perfecto para limpiar espejos o cristales en seco o pulverizando con una mezcla de agua, vinagre y limón. También es efectivo mezclar jabón natural con vinagre y agua para lavar la vajilla o el interior de la nevera, pongamos por caso. O, si lo preferimos, pasemos un trapo con una solución de agua con bicarbonato de sodio.
Curiosamente, el ketchup sirve para algo más que alegrar tu comida. Aplicado en pequeñas cantidades dará brillo al cobre y al latón y el bicarbonato de sodio hará lo propio con la plata. También podemos probar con una mezcla de harina y sal en aplicaciones similares.
A la hora de acabar con olores persistentes, como el tabaco o los típicos olores del baño, optemos por usar carbón vegetal, ventilar y fregar suelos y superficies con una solución de vinagre y agua, que también nos ayudará para eliminar olores del fregadero. Hervir agua con limón y romero también ayuda a neutralizar olores al tiempo que obtenemos un agradable olor a naturaleza.
En cuanto a la prevención, será fácil lograrla si no usamos productos que desprendan olores molestos y poco saludables, como limpiadores de base química y ambientadores sintéticos. Se trata, en suma, de encontrar alternativas verdes como limpiar el polvo con un paño ligeramente humedecido en lugar de usar sprays o sustituir los detergentes por soluciones caseras utilizando los aceites esenciales para aportar un toque aromático.