Cuidar las plantas de forma eco amigable significa practicar una jardinería bio. Sin embargo, no es necesario cumplir a rajatabla las normas relativas al cuidado orgánico para ganar en sostenibilidad.
En este post te sugerimos unos pequeños gestos verdes que sin apenas esfuerzo te permitirán convertir el hobby de cuidar las plantas en una pequeña gran contribución al cuidado del medio ambiente.
Además, podrás practicar la jardinería en interior o en el exterior (alféizar de la ventana, balcón, terraza, jardín, etc.) de forma mucho más asequible. Es la recompensa que tiene la actitud verde, en muchas ocasiones permite cuidar el planeta y el bolsillo al mismo tiempo.
Reutilizar el agua
La reutilización del agua para el riego de las plantas es un gesto eco amigable que a la larga además te ahorrará un buen dinero. Puedes hacerlo de muy distintas maneras. En el hogar, sin ir más lejos, se derrocha mucha agua cuando esperamos a que salga caliente.
Aprovechémosla para regar las plantas. Bastará con llenar un cubo o zafa y reutilizarla. O, por qué no, démosle un segundo uso al agua en la que hervimos las verduras, lavamos algún objeto o incluso con la que enjuagamos a los bebés en sus bañeritas.
Otra manera muy conocida consiste en recoger el agua de lluvia. Podemos hacerlo tan fácilmente como colocar cubos en el exterior cuando llueva. Si no tenemos muchas plantas y vivimos en lugares donde la lluvia es relativamente habitual, la fórmula tiene su utilidad.
Si el cielo no suele regalarnos su zumo, por otra parte muy habitual, recoger agua de lluvia sigue siendo una opción. Pero no resultará interesante si no contamos con accesorios tales como uno o varios barriles de agua de lluvia o cisternas para su almacenamiento.
Un jardín comestible
Optar por plantas decorativas que además sean comestibles (y, a ser posible, orgánicas) es otro modo de practicar una jardinería más sostenible. En la cocina podemos tener plantas para aliñar , como perejil, romero, eneldo, albahaca o cualquier otra. Y, cómo no, los micro huertos también pueden ser muy atractivos a nivel visual además de llenar nuestros platos de alimentos muy saludables.
Plantas durables
Si optamos por las plantas ornamentales, las buenas prácticas de la sostenibilidad recomiendan prescindir de aquellas que son de temporada o que tengan un cuidado difícil. Por contra, una opción estupenda pueden ser las plantas locales, y aún mejor si son especies amenazadas.
Por lo general, serán plantas fáciles de cuidar, adaptadas a la climatología de la zona y probablemente fáciles de encontrar, ya sea plantándolas desde la semilla, plantones, por esqueje o adquiriéndolas en invernaderos locales o en espacios natuarales.
Practica las tres erres
Reducir, reutilizar y reciclar son tres lemas verdes que se reúnen en uno solo, las famosas tres erres de la ecología. Son máximas muy fáciles de aplicar en jardinería. Por ejemplo, regar lo justo y necesario, reutilizar desechos de comida para elaborar pesticidas (cáscaras de huevos o pieles de fruta) o abonos (desechos orgánicos para hacer compost o incluso utilizar la orina), o reciclar objetos para convertirlos en tiestos o en jardineras.
Como ocurre normalmente en cualquier cuestión que requiera una actitud determinada, también la concienciación es fundamental en este caso. Si nuestra mentalidad es verde, las tres erres acudirán a la mente en forma de prácticas ideas en el día a día.
Siempre, sin tener que forzar la situación. Es así como se consigue que el hobby de la jardinería siga siendo placentero y vaya ganando en respeto ambiental. Y es que tener mano verde en estos casos va más allá de conseguir que las plantas se vean hermosas.