Convertir la bicicleta en una eléctrica modificando la rueda trasera


El invento es de órdago. Dicho con una sóla frase: sólo con añadir un accesorio a la rueda de atrás de la bicicleta podemos convertirla en una bici eléctrica, sin más complicaciones. Su precio no es demasiado dulce (sobre los 700 dólares, es decir, unos 600 euros), pero sí resulta económico con respecto al coste de una bicicleta eléctrica de mediana calidad.

El artilugio que hace el milagrito se llama The Copenhagen Wheel, y su capacidad para transformar una bici de toda la vida en una eléctrica requiere modificar la rueda trasera para así añadirle un corazón electrónico que se activa a través de una aplicación que descargamos en nuestro smartphone.

Bicicleta inteligente

En el proyecto han colaborado distintos investigadores y desarrolladores, algunos de ellos del MIT (Massachusetts Institute of Technology), en colaboración con la ciudad de Copenhague, cuyo objetivo era conseguir que cualquier bici pudiera convertirse en eléctrica.

El funcionamiento es sencillo, tal y como puede verse en el vídeo, muy recomendado. Simplemente hay que pedalear para que el motor empiece a funcionar, por lo que la energía cinética que creamos consigue eficiencia. En números, el motor puede ser de 250 o 350 vatios e incluye una batería recargable que da una autonomía de unos 30 o 40 kilómetros.


Por su parte, el teléfono controla una serie de datos, como la velocidad, el recorrido o información ambiental del entorno. En sincronización con el artilugio, hace que éste se active automáticamente cuando el ciclista lo precisa, si bien permite la activación manual.

Tras varios años de desarrollo, por fin podrá adquirirse en breve, pues su comercialización está prevista para dentro de poco y, de hecho, ya se permite hacer reservas a la marca Superpedestrian.

Es de suponer que de la acogida que tenga dependerá una posible rebaja del precio a medio plazo. Si no fuera por parte del proyecto original, quizás por parte de otros imitadores que no tardarán en salirle. Buena pinta tiene, sin duda.

Deja una respuesta