Cosmética ecológica a partir de miel


Las abejas nos proporcionan miel y propóleos, alimentos sanos y nutritivos. Pero los productos apícolas también sirven para elaborar productos cosméticos. A este sector pertenece una empresa llamada Naturavia, que ha llegado a un acuerdo con la Asociación Gallega de Apicultura para crear una nueva línea de cosmética elaborada a partir de miel, propóleos o cera de abeja procedente de apicultura ecológica.

Se trata de un proyecto que tiene como objetivo lanzar al mercado una línea de productos única, cien por cien gallega y artesana, elaborada con cariño, aprovechando las propiedades que proporcionan los productos naturales de la tierra, según Carla Varela, gerente de Naturavia.

La colaboración entre la empresa de cosmética y la cooperativa de apicultores ecológicos ha permitido lanzar el mercado esta nueva línea compuesta por cuatro productos: jabón de miel y almendras, que tiene propiedades nutritivas e hidratantes, calmantes y regenerantes; crema de manos de miel y propóleo, muy nutritiva; y bálsamo labial, que se elabora a partir de cera de abeja, manteca de karité y cacao.

Carla señala que durante el primer trimestre de 2013 esperan obtener el certificado de la Agencia Internacional de Certificación ecológica (IMO) y el aval de Vida Sana. Quieren ampliar la gama el próximo año con nuevos productos y usando otros ingredientes, como la jalea real.

Evitar los componentes más tóxicos

Naturavia se dedica, desde el año 2009, a la elaboración artesanal de cosméticos a partir de ingredientes naturales. La empresa tiene la sede principal en Ribadavia (Ourense) y vende sus productos directamente a particulares a través de su propia tienda y su página web, que concentra un 20% de las ventas. Tiene más de treinta puntos de venta en España y Portugal.

Para que se considere cosmética natural, el producto debe estar elaborado a partir de ingredientes naturales o de origen natural. En su formulación, el porcentaje de ingredientes sintéticos no puede superar el 5% de los componentes. En especial, no se deben usar los más problemáticos, como los perfumes y colorantes artificiales, las siliconas y los derivados del petróleo, como la vaselina o la parafina.

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