Cuencos de postre convertidos en lámparas


Convertir unos tazones de cristal en unas lamparitas de techo de lo más decorativas es algo que suena raro, raro, raro, pero una vez visto el resultado todo cambia.

Reutilizar la vajilla para decorar la casa de formas insólitas es la propuesta de la diseñadora británica Jay Watson, si bien en esta ocasión no utilizó los bowls de su cocina, sino que fueron comprados en mercadillos y tiendas de segunda mano.

Varios de ellos han servido para crear un grupo de lámparas bautizado con el nombre de Just Desserts, creando un curioso conjunto, disímil en formas y colores, pero al mismo tiempo afines por tratarse de piezas similares procedentes de vajillas.

Vidrio antiguo, iluminación moderna

En las fotos puede verse el increíble efecto que se consigue cuando se encienden en una habitación totalmente a oscuras, ofreciendo una imagen radicalmente distinta a cuando están apagadas a plena luz del día.

Como ocurre con toda obra de reciclaje, también en este caso el alma de los objetos permanece. En este caso, su creadora siente un hechizo especial al contemplar los platos de postre, en los que ve «algo a la vez encantador y conmovedor» a la par que nostálgico.

Por un lado, la ternura proviene de que se trata de platos huérfanos, perdidos, que se han extraviado de su conjunto original, mientras que por otro son un homenaje o recordatorio de los rituales alimenticios de antaño, ya olvidados. Su colorido y origen incierto, misterioso, convierten la creación en toda una obra de arte con un significado abierto.


Además de reutilizar materiales, la obra apuesta por lo ecológico con la colocación de luces LEDs para un iluminación más eficiente sin perder ni un ápice de belleza en la refracción de la luz cuando traspasa los dibujos tallados en el vidrio.

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