Buscar certificados ecológicos en los productos es el único modo de tener ciertas garantías de que no estamos ante una estafa. En pleno boom de una alimentación verde, también proliferan trucos y artimañas para hacer pasar como auténtico aquello que no lo es, denuncia la Federación Extremeña de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (FEACCU).
Se suele recurrir a ambigüedades en el etiquetado y en la publicidad para suplir la etiqueta Bio o Eco, sólo permitida en los productos que cumplen una serie de requisitos, al igual que ocurre con los sellos que certifican su cualidad de ecológicos.
Así las cosas, la asociación FEACCU aconseja al consumidor ceñirse a estos datos a la hora de adquirir un producto ecológico, sin dar el más mínimo crédito a otras denominaciones, imágenes o bucólicas descripciones en el etiquetado.
Huevos y leche
La entidad señala que los huevos y la leche son los productos en los que más abunda el fraude. Sin etiqueta, logo o certificado fiables, de nada sirve que se describan como un alimento caseros o respetuoso con el medio ambiente, pues ello no significa que sean ecológicos.
El principal peligro lo encontraremos en la venta online, donde hay mucha más confusión y descontrol a la hora de identificar y clasificar los productos, algo que no suele ocurrir en la mayoría de las grandes superficies, según el abogado de FEACCU.
Recordemos que el cumplimiento de los requisitos necesarios para que un producto pueda considerarse ecológico son exigentes y están reglados conforme a la entidad que emite el sello, ya sea la Unión Europea u otra institución. Entre otros resquisitos se pide que tenga un elevado porcentaje de material orgánico, el no uso de pesticidas o una política de producción basada en la sostenibilidad.