Desmontando mitos para no usar la bicicleta

Es cierto que las administraciones públicas, los gobiernos, locales regionales y locales, deberían hacer mucho más por impulsar el uso de la bicicleta: en general, más carriles-bici y una normativa que favorezca a los ciclistas respecto a los vehículos motorizados. Pero no es menos cierto que muchos ciudadanos inventan todo tipo de excusas para no pedalear.

Montar en bicicleta tiene grandes beneficios, algunos para la propia persona que la usa, como mantener una mejor forma física, y otros para el resto de conciudadanos, como mejorar el medio ambiente y reducir los atascos. A continuación, queremos desmontar algunos de los mitos (o excusas) que se inventan para no usar la bicicleta.

– Las bicicletas son sólo para los jóvenes. No hay más que irse a otros países, como los escandinavos o Estados Unidos, para ver a gente de sesenta, setenta y más edad montando en bicicleta. Sólo hay que usar una bicicleta apropiada. Incluso puede ser una buena idea añadir un pequeño motor eléctrico que ayude a pedalear.

– Sólo las usan los hippies. Señora, hace más de una década que entramos en el siglo XXI, ya no hay hippies, es algo de los sesenta… del siglo pasado, ahora hay gente preocupada por el medio ambiente y por una mejor convivencia ciudadana. No son hippies, son personas responsables.


– Usar la bicicleta es malo para la economía. Es malo, en todo caso, para la economía de las grandes empresas petroleras, las que más contaminan el planeta. Es bueno para las tiendas de bicicletas, para los productores de ropa para ir en bici, para los talleres.

– Es de izquierdas. Ya lo hemos dicho alguna vez, la ecología no es de izquierdas ni de centro ni de ningún otro signo político. A todos nos afecta el medio ambiente. Da igual a quien votes o si no votas, tienes que respirar.

– Es sólo para chicos. Con sólo abrir los ojos se desmonta esta falacia.

– No puedo. ¿Lo has intentado? Cualquiera puede. No es mecánica cuántica. Es montar en bicicleta.

– No sirve para ir a la oficina en traje. Hay dos opciones, pedalear a un ritmo que no haga sudar o cambiarse de ropa en la oficina.