Estas polillas gigantes no destruyen la ropa ni los tejidos. Su cometido es salvar vidas y decorar los techos y las paredes como alternativa divertida a los antiestéticos detectores de humo.
Estos curiosos aparatos los ha diseñado Paola Suhonen, y pese a su extraña apariencia, simplemente son detectores de humo fotoeléctricos corrientes y molientes, pero sólo en su interior, porque su aspecto externo permite combinar sus distintos colores (rosa, verde, gris y negro) con la decoración de la habitación.
Si la alarma se dispara, ya sea por amenaza de fuego o en la realización de pruebas, detenerlo es tan sencillo como presionar el cuerpo de la polilla, que se acciona como un botón de gran tamaño para desactivarla. Por lo demás, su peso es liviano (200 gramos) tiene un altavoz con forma de corazón en el abdomen y tiene una temperatura operativa de entre 0-45C, y una humedad que oscila entre 0-90%.
Asímismo, su colocación es cuestión de unos pocos segundos, la batería permite un funcionamiento durante cinco años y no sólo es posible colocarlas con una cinta adhesiva en el el techo, sino también en la pared.
¿Bonito, espeluznante, elegante…? La alarma que esta diseñadora finlandesa ha realizado para el fabricante Jalo Helsinki, bautizada con el nombre de Lento, está provocando en la red reacciones encontradas con su propuesta, que recibió un premio en el Red Dot Design Award 2011.
Lo que podría ocurrir, y muy probablemente así será, es que esta iniciativa anime a otros diseñadores y fabricantes a innovar en el, hasta ahora, tan aburrido diseño de detectores de humo. De hecho, si no recuerdo mal hay alguna anterior que utiliza pájaros para el mismo fin. Así pues, ahora que los detectores de humo empiezan a adoptar interesantes formas de aves y polillas, estos dispositivos pueden acabar emulando cualquier otra cosa, animal o persona. ¿Y a ti, cómo te gustaría que fuera?