Este jueves, 5 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, una efeméride que busca más la concienciación que la fiesta. Como cada año, se busca reflexionar y hacer reflexionar sobre el uso racional y, sobre todo, irracional, que hacemos de la energía, con el fin de mejorar la eficiencia.
Aún así, lo cierto es que hay motivos para la fiesta, razones por las que alegrarse y festejar pues, pese al imparable avance de las energías fósiles, las renovables están utilizándose cada vez más y la concienciación también es mayor.
El objetivo que se persigue no es tanto consumir menos, sino utilizar la energía necesaria para unos u otros usos cubriendo las necesidades, siempre sin derrochar y buscando el modo de encontrar un equilibrio entre su obtención, uso o abuso y el cuidado ambiental.
En concreto, busca cuidar el medio ambiente frenando el cambio climático (las energías fósiles son grandes emisoras de CO2) y evitando impactos ambientales de cualquier otro tipo. Se trata, en suma, de buscar un uso racional de la energía, y de que ésta sea lo compatible con la sostenibilidad, entendida como un concepto que permita tanto el ahorro como un abastecimiento suficiente para garantizar el confort y bienestar del mundo moderno.
Algunos consejos prácticos
El concepto de eficiencia energética es clave a la hora de encontrar el modo de mantener una calidad de vida a nivel doméstico y ciudadano, del mismo modo que puede aplicarse al ámbito industrial. Por lo tanto, la responsabilidad o, si se quiere, capacidad de hacer posible este ahorro energético inteligente es tanto un deber de los ciudadanos como de los políticos.
Obtener los mismos bienes y servicios energéticos empleando menos recursos energéticos es posible con buenas prácticas y mejorando procesos, apostando por el reciclaje, las energías verdes, el uso de productos menos contaminantes y un consumo inteligente, que utilice la energía justa.
En casa y en la oficina son muchos los pequeños gestos eco-amigables que pueden hacer una diferencia, desde utilizar bombillas de bajo consumo hasta elegir equipos electrónicos eficientes o desconectar los aparatos eléctricos que no utilicemos, así como evitar el consumo vampiro, optar por tender antes que usar la secadora, cargar el tambor de la lavadora para aprovechar cada lavado, y hacer lo propio con otros grandes electrodomésticos, como el lavavajillas, la nevera, la climatización o al cocinar con gas, vitrocerámica o en una cocina de convección.
Proyecto de auditorías energéticas
Este 5 de marzo de 2015, Amigos de la Tierra aprovechará la efemérides para iniciar un proyecto de auditorías energéticas domésticas que busca mejorar la eficiencia y el ahorro energético en 150 hogares, potenciando la reducción de emisiones de CO2.
A partir de los resultados obtenidos en esta iniciativa se podrán aplicar después proyectos similares al resto de la población, informa en una nota de prensa la asociación, en la que se explica el proyecto al detalle. En concreto, se auditarán los consumos energéticos y las características de viviendas de la zona atlántica (Galicia), continental (Galicia, Madrid y La Rioja) y Mediterránea (Baleares), tras aconsejar a los habitantes de esas viviendas el modo de aplicar medidas de eficiencia y ahorro.
Una vez realizadas las auditorías, se recopilarán y tratarán los datos facilitados para elaborar un estudio estadístico, con el fin de obtener una muestra representativa en cada área que sirva de modelo para extrapolarlo en forma de consejos generales para la población de cada un de ellas. Así, se establecerán criterios que permitan poner en marcha medidas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y, de forma más genéral, se espera «poder contribuir a un consumo consciente y responsable en pro de la eficiencia, idealmente mediante una energía comunitaria y renovable», apuntan desde la organización.