Que un producto sea natural, es decir, que provenga de la Naturaleza, no implica que también sea orgánico o ecológico. En particular, ésta es una diferencia importante a la hora de saber distinguir entre los productos verdes genuinos y los que simplemente se disfrazan de “naturales” para hacerlos pasar por tales.
En efecto, unas frutas son alimentos naturales por ser frutos que proceden de un cultivo, pero esos mismos productos pueden ser transgénicos, estar sometidos a un tratamiento de pesticidas, incluir aditivos o recibir abono químico, lo que significaría que no podemos catalogarlos como orgánicos.
Estar atentos a esta diferencia resulta clave a la hora de elegir entre unos y otros, sin dejarnos confundir por definiciones ambiguas que intentan esconder lo realmente importante, como son los certificados independientes que garantizan la cualidad ecológica de un determinado producto, ya sea un alimento o cualquier otro.
Una gran diferencia
Si queremos encontrar la diferencia clave, además de buscar el logo, centrémonos en el origen de la materia prima. Si por un lado un producto natural define que lo es la materia prima, su cultivo, procesamiento u obtención no lo será en caso de no ser orgánica.
Por lo tanto, lo orgánico sí conlleva un respeto de esa materia prima natural, al menos dentro de unos criterios determinados. No ocurre lo mismo con los productos naturales que no son orgánicos. Al mismo tiempo, hay que advertir que un producto puede ser parcialmente orgánico, lo que supone que una parte del mismo no lo es, según ha de constar en la etiqueta.
Recordemos que los términos ecológico, orgánico y biológico aluden a un mismo concepto, según la normativa española. Aún así, el empleo de uno u otro tiene sus áreas más habituales, y ello conlleva, a su vez, una serie de significados propios que conviene conocer.
Gracias por este artículo.. Me a beneficiado grande mente, a la ora de elegí, en mi compra
Para vivir saludable ???