No sé si cómo catalogar estas inquietantes y hermosas esculturas de porcelana, si de humanas o, simplemente, de naturales en un sentido amplio, el más amplio. Sobre todo cuando toman formas irreales que en realidad son tan del mundo que nos rodea. Cuando adoptan formas tan posibles como imposibles, es decir si en un cerebro encontramos un ramaje que alberga un nido con sus pajaritos, si un corazón se ramifica en un sinfín de venas y arterias con forma vegetal o si, por ejemplo, un feto humano crece en el vientre de un anfibio.
Sea o no intencionado, en cierto modo la ausencia de colores permite fortalecer el simbolismo, darle fuerza a un mensaje que en es a la par profundo y, también de forma innegable, tan evidente y de verdad como la vida misma.
SEGUIR LEYENDO «Esculturas de órganos humanos inspiradas en la naturaleza»