Flower Power es un medidor de energía que sirve para saber, en un sólo golpe de vista, si el uso energético que hacemos es o no aceptable. Además, en sintonía con su sugerente nombre, se trata de un objeto de diseño fácilmente integrable en la decoración del hogar.
Su diseño pretendía varios objetivos que finalmente se han logrado, como ser bonito, reflejar el uso del energía de un hogar de forma viva, inteligente y de fácil visualización, siempre enfocado a conseguir un comportamiento más eficiente.
El objetivo de Flower Power, por lo tanto, es lograr que tengamos mayor conciencia sobre el despilfarro energético simplemente con la mera visión de sus distintas posiciones, que imitan los movimientos fototrópicos de las plantas.
De este modo, el artefacto comienza a morir (muestra signos de decaimiento, como una flor marchita, emitiendo una luz cada vez más pálida y desmayándose poco a poco) en cuanto hacemos un uso de energía desmedido. Y todo lo contrario, se muestra lozano y emite una brillante luz en cuanto el gasto de energía en el hogar sea razonable.
De este modo, el usuario gana en conciencia ambiental, es decir, acerca de su huella de carbono, así como del importante aumento del gasto económico que nos supone todo abuso de energía. Sus creadores, James Dowdell y Callum Kiss, intentaron combatir su creencia de que el ser humano no es, por definición, un despilfarrador natural, por lo que una simple ayuda visual como Flower Power iba a ser muy útil para conseguir que las personas fueran más ahorradoras.
Esta misma idea también explica que el medidor tuviera un tamaño considerable, ya que resaltar el problema sería así más fácil y efectivo. Actualmente, el proyecto está en fase de prototipo, por lo que todavía no se comercializa.