Hábitos alimenticios respetuosos con el medio ambiente

Habitos alimenticios mas verdes
Adoptar hábitos respetuosos con el medio ambiente incluye un sinfín de aspectos relacionados con la alimentación. Aunque, siendo claros, al planeta le iría mejor que no tuviéramos estómago o que, directamente, viviéramos del aire, lo cierto es que podemos poner en práctica gestos sencillos que ayudarán a protegerlo, al tiempo que cuidarán nuestra salud y el bolsillo.

Así es, como no tenemos intención de desaparecer del mapa como especie, es conveniente cuidar nuestro hogar, dulce único hogar si queremos que tenga cuerda para rato. Y, sin duda, la alimentación es uno de los principales agentes contaminantes que disparan la huella de carbono por muy distintas razones, desde la ganadería intensiva hasta el transporte de los alimentos o el desperdicio de comida tanto en la cadena de distribución como en los hogares.

Alimentos ecológicos y locales

Los productos ecológicos no sólo son mejores para la salud, ya que también cuidan el medio ambiente al obtenerse mediante técnicas de cultivo o producción más sostenibles -tanto en ahorro de recursos como el agua o la energía como en el uso de envases reciclados o minimizados, además de reducir el uso de los abonos y plaguicidas sintéticos o de evitar los organismos transgénicos- por lo que se contamina bastante menos.

Sin embargo, su precio suele ser más elevado que el de productos convencionales, por lo que en este aspecto consumirlos supone hacer un esfuerzo económico que no está al alcance de todo el mundo. Aún así, existe la opción de reducir nuestra ingesta calórica y aprovechar para mantenernos en nuestro peso ideal o, por ejemplo, encontrar vegetales orgánicos con un mejor precio si recurrimos a agricultores locales de confianza.

Otra manera de cuidar el bolsillo es buscar productos ecológicos de marcas blancas, que ven reducido su precio de forma significativa. Actualmente hay varias cadenas de supermercados que ofrecen esta alternativa y, en todo caso, en ocasiones hay productos que tienen también su versión ecológica por un precio similar, en cuyo caso no supondría un gasto extra.

Básicamente, el consumo de los alimentos ecológicos puede verse como una manera de comer alimentos de más calidad, lo que lógicamente tiene su precio, al margen de que se aproveche la moda para hincharlo en muchas ocasiones.

Por último, si queremos ahorrar, además de los productos de proximidad, siempre está la maravillosa opción de cultivar nuestras propias verduras en el balcón, en el jardín, en un pequeño huerto urbano propio o de alquiler…

No despilfarrar

No apetece comer lo mismo todos los días, pero no por ello debemos tirar los restos de la comida si ya no queremos seguir comiendo. La opción más ecológica, obviamente, es organizarse a la hora de comprar y también al cocinar, midiendo bien las cantidades que vamos a ingerir o, por qué no, las que vamos a cocinar para consumir y también congelar.

Habitos alimenticios respetuosos con el medio ambienteOtra posibilidad es jugar a ser creativo y experimentar con nuevas recetas a partir de restos de comida, pero en ningún caso tirarla a la basura. No en vano, la comida que se desperdicia suma miles de toneladas cada año, con lo que ello supone en emisiones y sufrimiento innecesario de animales de granja. Sin olvidar, claro está, el dramático problema del hambre en el mundo.

Menos carne, más sostenibilidad

Comer menos carne o renunciar a ella en mayor o menor medida (distintos tipos de veganismo) o consumir carne de granjas orgánicas o convencionales es otro hábito alimenticio que influye tremendamente en la huella ecológica. En resumen, menos carne supone más sostenibilidad y, por supuesto, menos crueldad animal.

De hecho, sólo la ganadería genera más emisiones de gases de efecto invernadero que los automóviles, según revela un informe titulado «La larga Sombra del ganado» (Livestock’s Long Shadow) de las Naciones Unidas. Para pensárselo, sin duda.

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