Las mantas viejas que no se usan parecen estar condenadas al olvido en el altillo del armario o, como tantas veces ocurre, a ir directamente en el cubo de la basura. Sin embargo, aunque no lo parezca, podemos hacer con ellas un sinfín de cosas que nos permitan su reutilización de un modo sencillo, útil y decorativo.
Antes de ponernos manos a la obra, veamos de qué tipo de manta se trata. Características como su tamaño, color, grosor, buen o mal estado nos darán pistas a la hora de decidir qué hacer con ellas. En este post damos algunas ideas para mantas de distinto tipo, con el fin de que puedan servir de inspiración para realizarlas o, por qué no, para imaginar nuevas soluciones.
Mantas con motivos festivos
Convertir una manta en un elemento decorativo para ocasiones especiales, como las Navidades, Halloween o cualquier otra festividad es una opción muy resultona. Con fieltro se realizan las figuras o motivos que deseemos añadir o simplemente aprovechemos algún pequeño mural que deseemos reciclar y recortaremos sus figuras para luego coserlas o pegarlas sobre la manta.
El resultado será genial si elegimos una manta con un fondo liso o con dibujos que no sean demasiado llamativos para que no roben protagonismo a los motivos. Quedará perfecto, por ejemplo, con la típica mantita de cuadros que tiene una pila de años y nunca encontramos ocasión de usar, como puede verse e la imagen que abre el post.
Sofás con estilo
Las mantas dan mucho juego como alternativa a las fundas de sofá convencionales. Incluso son idóneas para usar sobre éstas, especialmente en invierno. Las ideas son muchas, desde el uso de las mantas más pequeñas como fulars que echarnos encima o simplemente para decorar. Y, por supuesto, siempre está la opción de cortar las mantas a la medida que nos sea más práctica para darles este uso en sofás, sillones o, siempre que no sean muy pesadas, también para estar en la cama sentados, a modo de chal.
Ya sea cortando un trozo, doblándola o aprovechando las mantas más pequeñas, fijadas en la base o asiento del sillón o sofá serán de gran utilidad y resultarán decorativas. Es importante elegir mantas con estampados que se integren en la decoración, pues de otro modo el resultado será cualquier cosa menos estiloso. Normalmente, los tonos neutros y lisos son más fáciles de combinar.
Mascotas felices
Nuestras mascotas nos agradecerán que pensemos en ellos cuando de reciclar mantas se trata. Cuanto más suaves sean y más se adapten a su cunita, mejor que mejor, si bien lo importante es que lo hagamos con cariño y pensando en su confort.
Las posibilidades son muchas, desde colocar la manta a los pies de la cama, doblada o cortada de forma que ocupe sólo una franja, con el fin de que ellos se coloquen en este espacio al tiempo que calentaremos nuestros pies. Doblemente, en realidad, gracias a la mantita y al calor de nuestros amigos peludos de cuatro patas, con la ventaja añadida de conservar más tiempo limpia la ropa de cama.
Por último, si tenemos una mantita, ya casi tenemos una nueva cama para mascotas. Veamos algunas ideas para conseguirlo facilmente: introducirla en simple una caja de cartón o madera, doblada de forma que queda mullida o envolviendo un cojín, con lo que necesitaremos retales de manta, más que mantas completas. O, por supuesto, simplemente echar una mantita sobre el suelo (mejor si es de parqué para aislar del frío) puede ser suficiente para que nuestro perro o gato se decidan sin demora a aprovecharla como cama.
