Sean E. Avery es el padre de estas fascinantes criaturas, que parecen salidas de un mágico reino de fantasía, y no del cubo de la basura, que es de donde en realidad proceden.
La imaginación de este joven diseñador y dibujante australiano, que en su web se define como un experto en lanzar M&M´S al aire para capturarlos luego con la boca, ha creado una colección de esculturas que impacta tanto por el material del que están hechas, simples cds y blue rays troceados, como por el increíble y delicado resultado logrado.
Tal y como él mismo afirma, su trabajo tiene que ver con «la reutilización de cosas descartadas para hacer algo hermoso», no hay duda. Sus esculturas no sólo son únicas, sino que trocito a trocito de discos rotos, ha dado forma a figuras que representan animales tan variopintos como loros, nutrias, pajaritos de un azul precioso o ratones de lo más adorables.
Entre sus animales fabricados con pequeñísimos trozos de discos hay algunos distintos e igualmente impactantes, por ejemplo un rinoceronte o un pulpo, ambos realizados a partir de elementos de desecho de otros componentes informáticos. Todos ellos, sin excepción, son elementos de decoración o de coleccionismo muy codiciados.
Su pasión por los animales, fácil de entender viviendo en un entorno de una naturaleza tan rica como Australia, le ha llevado a ilustrar un curioso libro de humor dedicado al amor que sienten los monos por los plátanos y a su amistad con los conejos, titulado Monkeys love bananas. En él, su autor pone al mono a comer zanahorias y al conejito a zampar plátanos… pero la cosa no funciona. Todo lo contrario de lo que demuestran sus esculturas, porque, ¿Quién iba a pensar que iba a tener tanto éxito dar vida a una selva completa a partir de discos hechos en mil pedazos? ¿Y, sobre todo, cómo lo hace para darles tanta vida?