Inventan una botella cúbica para la cerveza

Concebida por el diseñador industrial francés Petit Roman, esta curiosa botella cúbica para la cerveza optimiza el almacenamiento y supone un importante ahorro de combustible en el transporte desde el fabricante hasta el mismo consumidor.

La cuestión del almacenaje para el transporte puede parecer algo insignificante, tan sólo una pequeña diferencia con respecto a las tradicionales botellas, pero si consideramos el grandísimo volumen de mercancía que mueve el negocio de la cerveza, la Heineken Cubo realmente gana mucho espacio.

Así, al ganarse el espacio que se desaprovecha con otro tipo de botellas, el resultado acabaría suponiendo un significativo ahorro de combustible. Es decir, se reduciría la huella de carbono y posiblemente también en el precio, al menos en teoría.

Además, en casa y en los establecimientos como restaurantes y bares también sería más fácil de almacenar gracias a poderse apilar fácilmente. Yendo más lejos, si nos ponemos en plan reciclaje creativo, entre otras muchas cosas, también podría servir como buen ladrillo de vidrio para levantar muros, al igual que ya lo hizo en su momento aquella estrambótica botella de cerveza rectangular inventada también para Heineken en los años sesenta.

Luego está su apariencia, una característica a tener muy en cuenta en este mundo consumista dominado por el diseño, y lo cierto es que la botellita no pasa desapercibida. Es más, a la vista está su gran personalidad, que podría pegar fuerte en el mercado o puede que todo lo contrario, fracasar de forma estrepitosa. ¿Estaremos ante un hito que marcará un antes y un después en la forma de beber? ¿O quizás nada podrá superar a las botellitas de cuello largo y estrecho que tanto juego dan a la hora de verter la bebida o, cómo no, para beber directamente de la botella? En este caso, el consumidor tiene la última palabra.