Más de un estudio había constatado que la sequía era una realidad en muchas zonas que, en el caso de España, se localizaban sobre todo en el sur del país. Sin embargo, no es solo un problema que afecta al territorio nacional. La sequía está avanzando en Europa y se prevé que el problema se vaya intensificando en los próximos años. De hecho, ya se ha convertido en una de las mayores amenazas de cara al futuro.
Alerta
La situación se ha detectado a través del Servicio de Monitorización de la Tierra de Copernicus (CLMS), que es el sistema de observación satelital de la Unión Europea y de la ESA.
Este servicio ha detectado condiciones de sequía severa, avisando de que es una de las grandes amenazas a las que se enfrenta el planeta en un futuro cercano. Es un problema que se observa tanto en el aumento de la frecuencia como de la duración de los períodos de sequía.
Los últimos datos analizados, correspondientes a los años 2018 y 2019, reflejan que Europa Occidental registró olas de calor al final de la primavera y durante el verano, lo que condujo a esas condiciones de sequía extrema.
Análisis
Un análisis más detallado ha permitido evidenciar que coincidieron bajos niveles de precipitación con altos volúmenes de evotranspiración. La humedad del suelo fue, por ejemplo, más baja de lo normal en el noroeste de Europa y en países concretos como Bélgica, Países Bajos y Sur de Inglaterra durante el ejercicio de 2018, al igual que en Francia y España en 2019. La consecuencia fue un impacto en el crecimiento de vegetación y verdor.
Además, se ha observado que el impacto de las condiciones de sequía en el suelo y el crecimiento de la vegetación se incrementó en los siguientes meses, alcanzando el máximo en el mes de julio. Un período en el que el impacto de la sequía sobre la vegetación fue especialmente evidente en Francia, norte de España y Cerdeña.
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