La recientemente celebrada XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU ha dejado datos reveladores sobre la situación de la Tierra en cuanto a calentamiento global y cambio climático. Una llamada de atención a la que se le ha tratado de poner solución a través de varias medidas y ejes de acción. Y uno de los más claros es la necesidad de reducir las emisiones de CO2.
Los datos
Esta reducción de las emisiones de CO2 tiene que ser del 7,6% hasta el año 2030. Así se estima que se podría frenar el aumento de estas emisiones y descender con el fin de limitar el calentamiento de la Tierra en 1,5 grados centígrados.
Es un porcentaje importante porque, hoy en día, se sabe que existe una considerable brecha entre los compromisos adquiridos para frenar el cambio climático y las medidas necesarias y realistas para conseguir este objetivo.
Y es que, aunque se implanten todos los compromisos recogidos en el Acuerdo del Clima de París, la temperatura global de la Tierra se prevé que suba 3,2 grados centígrados. Esto implicaría impactos climáticos más destructivos.
Un motivo por el que es importante que los países fijen objetivos más ambiciosos con el fin de aumentar más de cinco veces los niveles actuales para lograr recortar lo necesario en los próximos diez años y conseguir el objetivo de limitar ese aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados.
Año crítico
El año 2020 va a ser crítico y decisivo para la acción climática. Es una fecha en la que es importante que se refuercen esos acuerdos y se fijen los esfuerzos futuros para frenar esta crisis. Algo que podría suceder en la próxima Cumbre de Clima, que se celebrará en Glasgow (Escocia).
Y las medidas son totalmente necesarias porque, en la última década y a pesar de los diferentes avisos que se han lanzado, ha aumentado el 1,5% anual las emisiones de gases de efecto invernadero. Solo en 2018, alcanzaron las 55,3 gigatoneladas de CO2 equivalente.
Artículos relacionados: