Los animales presienten los terremotos


¿Se podrían usar animales para predecir los terremotos? Existen testimonios de personas que han visto comportarse de manera extraña a perros, gatos, ganado, elefantes e, incluso, serpientes antes de que se produzca un terremoto. Pero no sólo testimonios los que demuestran el fenómeno. También un estudio científico realizado en L’Aquila, Italia, en 2009. Los animales pueden detectar cambios químicos en las aguas subterráneas que se producen cuando un terremoto está a punto de tener lugar.

El estudio fue publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health. Se producen una cadena de eventos que los animales son capaces de percibir.

Las tensiones tectónicas (el choque de placas en el interior de la Tierra) se acumulan en la corteza terrestre y partículas electrónicas con carga eléctrica altamente móviles se activan. Estas partículas portadoras de carga son electrones defecto en la subred de aniones de oxígeno de los minerales de silicato, conocidas como agujeros positivos, químicamente equivalente a O en una matriz de O2.

Los agujeros positivos causan una serie de reacciones de seguimiento cuando llegan a la superficie de la Tierra, donde causan la ionización del aire, inyectando grandes cantidades de iones aéreos principalmente positivos en la baja atmósfera. Cuando llegan a la interfase roca-agua, actúan como radicales, oxidando el agua.

Dicho en cristiano, se produce un mecanismo por el que las rocas bajo del interior de la Tierra liberan partículas cargadas que reaccionan con el agua subterránea. Algunos animales son muy sensibles a cualquier cambio en la composición química de estas aguas subterráneas y podrían sentir el cambio días antes de que se produzca el terremoto.

Uno de los animales que más puede sentir este cambio es el sapo. El estudio mencionado más arriba es el resultado de la observación científica de una colonia de sapos que abandonó en masa un estanque de L’Aquila días antes del devastador terremoto de abril de 2009. Pero no es la primera vez que se observa un comportamiento así en animales antes de un temblor de tierra.

La primera referencia histórica llega de Grecia, en el año 373 antes de Cristo, cuando un movimiento telúrico destruyó la población de Helike. Algunos documentos de la época relatan cómo las ratas, las comadrejas y las víboras huyeron poco antes de que ocurriera la catástrofe.

Y, cuando ya se ha producido, los perros ayudan a encontrar a los supervivientes entre los escombros.

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